¡Maldito Almirante! me niego a ser parte de esto... ¡Tu! ingenua tierra, que se te llamo ¡salvaje y hostil! ¿¡Hostil!? ¿¡Salvaje!? ¡Ja!¡Si! ¿Irónico,no?por el viejo mundo; Tu, mi india virgen, hermosa, morena y de sangre cálida; la perla de mis sueños, una convulsión nerviosa embarga mi frente pálida, un desastroso espíritu que se hace llamar bueno; poseerá tus tierras, te doblegara con sus dogmas, tu tierra se empapó de sangre de tus criaturas inocentes, ¡Maldito Almirante! ¡Maldito Embaucador!
Te rebautizaron como "América" un nombre que hoy es motivo de orgullo; que se enfrentan entre hermanos, desde el Norte hasta el Sur, donde la guerra se perpetuó aquí y allá; una tierra donde se hiere y se destroza las mismas razas. Al Ídolo de Piedra se le reemplaza por el intruso ídolo de carne, que los desplaza y los destruye sin misericordia, el intruso es un ídolo insaciable e insensible, donde se enorgullece de sus viles acciones, de lo que hizo en esta tierra de todos y de nadie a la vez; donde cada día alumbra la blanca aurora en los campos fraternos de sangre y cenizas.....
Desdeñados Reyes, les dieron leyes junto con sus respectivos castigos al infractor, al son de los cañones, espadas y clarinetes, hoy al favor de los siniestros deseos de los oscuros Reyes, profanaron el Nuevo Mundo, una vieja disputa de humanos, una disputa de Caín y Abel; ¡Maldito Almirante!
¡Bienvenidos! Franceses, Italianos, Irlandeses, Alemanes, Ingleses, Rusos, Españoles, Catalanes, Africanos, Chinos, Holandeses, Suizos y todos aquellos que quieran conocer al Nuevo Mundo, las voces de las bocas indígenas los saludan, día a día cantando la Marsellesa para acabar danzando la Carmañola.
Jamás el cielo nocturno del Nuevo Mundo había visto blancas velas deslizándose por las aguas, trayendo sus fantasmas... arribar a la orilla tus carabelas, ¡Maldito Almirante! con sus actos las estrellas se quedaron estupefactas y la Luna con la boca abierta.
Pero como siempre suele pasar en el Nuevo Mundo, hoy América, cuando la semilla cae en su vientre, germina heroica, almas de hierro, intactas para volver a empezar con su bello mestizaje, como aquellas plumas de los pavos real.
Te rebautizaron como "América" un nombre que hoy es motivo de orgullo; que se enfrentan entre hermanos, desde el Norte hasta el Sur, donde la guerra se perpetuó aquí y allá; una tierra donde se hiere y se destroza las mismas razas. Al Ídolo de Piedra se le reemplaza por el intruso ídolo de carne, que los desplaza y los destruye sin misericordia, el intruso es un ídolo insaciable e insensible, donde se enorgullece de sus viles acciones, de lo que hizo en esta tierra de todos y de nadie a la vez; donde cada día alumbra la blanca aurora en los campos fraternos de sangre y cenizas.....
Desdeñados Reyes, les dieron leyes junto con sus respectivos castigos al infractor, al son de los cañones, espadas y clarinetes, hoy al favor de los siniestros deseos de los oscuros Reyes, profanaron el Nuevo Mundo, una vieja disputa de humanos, una disputa de Caín y Abel; ¡Maldito Almirante!
¡Bienvenidos! Franceses, Italianos, Irlandeses, Alemanes, Ingleses, Rusos, Españoles, Catalanes, Africanos, Chinos, Holandeses, Suizos y todos aquellos que quieran conocer al Nuevo Mundo, las voces de las bocas indígenas los saludan, día a día cantando la Marsellesa para acabar danzando la Carmañola.
Jamás el cielo nocturno del Nuevo Mundo había visto blancas velas deslizándose por las aguas, trayendo sus fantasmas... arribar a la orilla tus carabelas, ¡Maldito Almirante! con sus actos las estrellas se quedaron estupefactas y la Luna con la boca abierta.
Pero como siempre suele pasar en el Nuevo Mundo, hoy América, cuando la semilla cae en su vientre, germina heroica, almas de hierro, intactas para volver a empezar con su bello mestizaje, como aquellas plumas de los pavos real.
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