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Novato de la literatura y de la vida...

December 4, 2015

Los Patriarcas (Sexta Parte)

   
Scott todavía no había salido del trauma que le causó el trágico desenlace de su vecino Frank y su familia, cuando lo visitó en su casa su amigo de infancia Ken, Scott le contó los pormenores de esa familia, y Ken le respondió: son casos en verdad estremecedores y perdona por venir porque yo también tengo el mío. Ken hacía muchos años que no visitaba a su gran amigo Scott ni le llamaba con frecuencia, ya que Ken vivía en otra ciudad bastante lejos donde residía Scott y se había embarcado en un crucero por cuestión de trabajo, pasando muchos años en alta mar recorriendo el mundo entero, dejando su familia muchos años solos - pero que pasó con tú vida y tú familia Ken? preguntaba Scott muy sorprendido - es una historia muy larga mi amigo, pero trataré de resumir para que te enteres como término mí feliz matrimonio, decía Kan, y no era mentiras lo que afirmaba su amigo, ya que todo aquellos que lo conocieron sabían que Ken tenían una hermosa familia, era la envidia de muchos y felicidad de pocos - pero deja que te traiga algo para tomar, que deseas? Preguntaba Scott - tráeme una cerveza Scott porque es una historia triste, le decía Kan - pues permite que sean dos cervezas, afirmaba Scott - como un buen anfitrión Scott trajo las dos bebidas ya abiertas se la dio a su amigo diciéndole: Salud Ken, por los buenos tiempos, que espero que vuelvan a tú vida porque te lo mereces, ambos amigos se bebieron en sincronía las cervezas muy bien heladas, pero dime mi amigo, que no puedo esperar saber ese infortunio que llegó a tú vida, que ruego a Dios no sea permanente - Gracias mí amigo Scott, siempre sabía desde que éramos pequeños que serías un gran hombre, pero no demoremos más, ya que necesito desahogar mis penas. Como tú ya lo sabías éramos una familia perfecta Scott, pero la vida me enseñó que no hay familias perfectas, y lo averigüe de la peor manera, viviéndolo en carne propia; toda mi familia o lo que queda de ella estaba muy feliz por mi nuevo empleo en el crucero, mi esposa, mis dos hijos mayores y mi hija menor, con mucho orgullo les contaban a conocidos y desconocidos sobre mis travesías como marinero; con frecuencia les mandaba fotografías y postales de cada rincón de nuestro querido mundo, siempre tenía una sonrisa a flor de piel para ellos, porque sabía que esas fotografías quedarían para la posteridad de tan orgulloso padre y esposo; pero el tiempo hizo meollo en nuestros corazones y mentes; recuerda siempre mi querido amigo Scott que los objetivos y los pensamientos entre parejas casi siempre suelen ser diferentes, como padres y esposo asumes objetivos y decisiones como patriarca de la familia del cuál tiene que ser el ideal para todos, ya que tú único objetivo es bienestar y prosperidad de todos sin excepción; yo miraba todo ese sacrificios como un buen ejemplo para toda mi familia y de la cual asumía que ellos valorará todo eso y guardaran para mí respeto y amor, mi amada esposa se refugió en la religión para poder conllevar su soledad pero en el transcurso de esa devoción formuló conclusiones que no venían al caso de la cual me hizo reclamaciones justificando su horrible proceder, se enfrascó en amoríos con su pastor, su guía espiritual; al caso mi amigo Scott, no era él quien tenía el deber moral y religioso de llevar a su rebaño por el buen camino? Pero no, mi amigo Scott, hundió a mi esposa más en el fango de la traición y el adulterio, llegando al punto de la vergüenza de enamorarse ellos dos, aduciendo mi esposa que yo la había abandonado y todo por el sacrificio de la estabilidad monetaria de la cual no es menos importante que las demás cosas que necesita un hogar para darle estabilidad y armonía; se fueron los dos como hacen los ladrones a escondidas y dejando su huella inconfundible de la desolación cuando hurtan lo más preciado de un hogar; cuando me enteré de todo ese mal proceder, renuncié a mi trabajo y regresé a mi hogar a tratar de salvar lo que quedaba de mi familia, mis hijos e hija; pero todo fue en vano, es en ése punto que aprendí que las esposas son el cimiento del hogar, cuando ellas fallan a su papel de madre y esposa, ese cimiento desmorona todo, se viene abajo lo que a costado tantos años de sacrificios; la vergüenza de ese proceder hicieron que mis hijos e hija pagaran su cuota de dolor y confusión; mi hija menor se fue de la casa con su novio que jamás la volví a ver hasta después de un año que regresó con mi primer nieto del cual su padre jamás se hizo responsable; mi hijo mayor se adentro al mundo de la delincuencia por sus malas amistades de la cual yo le hiciste que lo llevarían a tres lugares: al hospital, a la cárcel o al cementerio; para mi sorpresa lo vi por televisión en el noticiero vespertino con dos policías en ambos lados muy bien armados y él esposado como un criminal, su delito fue haber secuestrado a un niño adinerado pidiendo rescate por la vida del inocente infante y allí estaba sus secuaces también, una banda del crimen organizado; yo sentía que todo eso era sólo un mal sueño, pero adentrando más en mi desdicha realidad me fui llenando de más vergüenza por haber engendrado a tal delincuente, como si no hubiera tenido suficiente con lo de su madre, lo condenaron a quince años de prisión; y mi hijo menor rezó por él día y noche porque es el único de la familia o lo que queda de ella, porque vaya siempre por el buen camino, como lo a hecho hasta ahora. Vaya mi querido amigo Kent, tu desdicha me conmueve mucho, no se como soportas tanta desgracias y mas si vienen de las personas que mas amas y estimas - así es mi querido amigo Scott, como patriarcas asumimos una responsabilidad enorme y no nos podemos sentirnos derrotado aunque los hechos hablen por si solo, porque es asi como se forja un verdadero hombre a fuego y golpes...