Un Sueño Llamado Helen (Primera Parte)

   

¿Quienes de nosotros a sido cautivado por un sueño? Creo que la respuesta seria "Todos" al menos una vez de lo que llevamos de vida, de esos sueños que no te quisieras despertar jamas; y los hay de todos colores, todo depende de tu percepción.
 Bueno de eso se trata las siguientes entregas titulada "Un Sueño Llamado Helen". Nuestro protagonista en esta narrativa se llama Lorenzo, un joven de 24 años de edad, que de temprana edad se casó con su amor de la escuela llamada Brenda, pero poco a poco se daba cuenta que ese amor de escuela no era lo que se imaginaba; su joven matrimonio se iba deteriorando día con día, si encontrar una salida coherente, hasta que una noche tuvo un sueño que lo dejó perturbado, enamorado y ansioso, convirtiéndolo en una obsesión; una obsesión que noche con noche se iba repitiendo capítulo por capítulo, así como una serie televisiva; Lorenzo por ningún motivo se quería perder ni un solo capítulo de su propio sueño, ya que él era el protagonista, llevándolo a un laberinto de obsesiones que ni el mismo Lorenzo sabia a ciencia cierta como terminaría todo, con su vida en estado consciente y su nueva vida inconsciente.....

 Un Matrimonio Joven... Lorenzo y Brenda se enamoraron cuando ambos estudiaban en noveno grado, ellos decían que fue amor a primera vista, se jactaban con todos sus compañeros de la escuela, que cuando salieran de la escuela graduados se casarían, que su amor ya no podía esperar más, y lo mejor de todos que se juraron amor eterno, que su amor ni la muerte lo podía impedir. Fue así que se casaron al segundo mes después de la graduación, con la reprobación de ambos padres de familia, tanto de la novia como la del novio; les decía a ambos que recapacitaran su decision, que eran demasiado joven para un compromiso de esa magnitud, que tomaran las cosas con calmas y tomar un tiempo razonable para casarse, que si el amor era eterno como ellos decían, entonces al amor no le importaría demorar un poco más; pero Lorenzo y Brenda no tenían oídos para nadie, con su mayor edad recién estrenada y sus mentes rebeldes, no tenían oídos más que solo para sus propias palabras y decisiones. Aunque los padres de ambos no estaban de acuerdo con ese matrimonio, no les quedaba de otra que apoyar a su hijo e hija respectivamente, como decían, que familia a las buenas y también a las malas. Como todo matrimonio, bueno al menos en su mayoría, se casaron con muchas ilusiones y metas que cumplir, pero ahora juntos como lo que eran, un matrimonio.

 Los años pasaban para ese joven matrimonio con altos y bajos, como cualquier otro matrimonio, pero la clave era salir a flote de todos esos obstáculos, y es ahí que algunos matrimonios jóvenes sucumben; el matrimonio de Lorenzo y Brenda ya estaban en lo que se llama "cuerda floja" una línea imaginaria, en que lo puede salvar el amor, si no es que el amor se va con otro o es para otro, y el otro extremo: mandar todo al infierno....

 Brenda cayó en el grave error que muchos matrimonio caen, la infidelidad, muchas veces es por: enojo, frustración, desamor, venganza o el peor de todo, para todas aquellas mentes pecaminosas, buscando aventuras prohibidas, como para ponerle un poco de pimientas a sus frustradas vidas, que muchas veces terminan en: divorcios (en el mejor de los casos), hospital, la cárcel o la tumba.

 Lorenzo ya sospechaba que su esposa Brenda le estaba haciendo infiel, pero no quería aceptar o afrontar ese hecho, se aferraba a ilusiones pasadas, cuando su esposa lo amaba de verdad, donde las cosas eran más simples y menos complicadas; recordaba cuando su esposa hacía los quehaceres del hogar con amor, su comida y el cuidado de todo lo que ellos le llamaban su hogar, de como hacían antes el amor, con desenfreno, complaciéndose ambos llegando al clímax, pero hoy todo era tan distinto y lo peor de todo Lorenzo no le encontraba ni una salida que pudiera salvar su matrimonio, lo único que Lorenzo pensaba que habían hecho bien, eran no procrear hijos, al menos no lo haremos sufrir si todo se va por la borda, decía Lorenzo. Aunque Lorenzo lo daba todo por perdido no sabía cómo seguía enamorado de ese viejo amor con Brenda, Lorenzo solo necesitaba escuchar la voz de su esposa, diciéndole: "Te Amo" aunque no lo dijera de corazón...... Así ese fin de semana Lorenzo solo en su casa se fue al refrigerador a tomar una botella de cerveza y la destapo, se le quedó mirando  su burbujeante hipnosis, se fue donde su sofá predilecto y sintonizo la radio, sonando la canción que tanto le gustaba en ese momento de su vida, con una esposa que desaparecía por arte de magia todo los fines de semana, tomó un sorbo de cerveza y empezó a escuchar su canción preferida...