La Pena Capital

 

La aceptación de este proceder humano depende mucho de los principios morales, religiosos o no religiosos; aunque sin dudas es un tema de mucho debate en nuestra actualidad, no deja de ser inquietante, espinoso y causante muchas contradicciones; aunque la aceptación del mismo como pueblo hacen realidad este hecho, para algunos repudiable, pero para otros es una justicia que tanto esperaban. Es importante de ver la Pena Capital enfocado desde dos puntos de vista: el que es víctima de hechos horrendos, y el que se para analizar conceptos morales; porque son enfoques totalmente diferente, aunque no se le puede quitar importancia a ambos.
 Como es bien sabido la Pena Capital no es nada nuevo, desde casi siempre a estado presente esa condena extrema, en diferentes pueblos alrededor del mundo; una manera violenta de limpiar la sociedad de todas aquellas personas dañina que atenta contra otros, ya que dejarlos en libertad es un claro peligro para cualquier sociedad que quiere vivir en paz y armonía; ahora los dos motivos primordiales del cual se vale la Pena Capital como un hecho depurador, es en primer lugar: Justicia, pero en este punto hay que ser muy precavido en la hora de emitir un juicio, ya que si lo miras con una moral religiosa dirás automáticamente: "El Perdón o No Matarás" y sería inequívoco verlo desde ese punto de vista, ya que no todas las personas  son religiosas, y se debe de respetar cada concepto, religioso o no; la otra se trata de costo monetario, si se quiere aplicar condenas como cadenas perpetuas, los costos para mantener con vidas a estos condenados son muy elevados, los gobiernos y los contribuyentes no quieren estar manteniendo a vándalos de por vida, y esto es un hecho tan real como la moral. Aunque en la actualidad los países que poseen la Pena Capital, que tienen un departamento de investigación policial, forense sofisticado y judicialmente, siempre hay errores o equivocaciones, ejecutando personas inocentes, aunque en menor porcentaje de los países que no tienen ese nivel de sofisticación y libre de corrupción procesal malintencionada.
 Pero también hay que tomar muy en cuenta y tratar con mucho cuidado los casos de personas con trastornos mentales; es difícil hablar y dar una opinión imparcial sobre estos casos, que han conmocionado a comunidades enteras por décadas; si bien es ciertos con el avance de nuestras sociedades actuales, junto con la tecnología, los trastornos mentales son más recurrentes entre las personas modernas, que influye un sin fin de factores y para mi ver, no se le está dando el cuidado necesario que amerita, la salud mental es tan importante como el cuidado del: corazón, pulmones, hígado, colesterol, presión arterial, etc. Recordemos que es el que define y moldea nuestro comportamiento humano, tomas de decisiones, etc. Tratar de condenar a muerte a un enfermo mental es muy difícil, hay dos caras en la misma moneda; sus motivaciones más perversas van desde psicosis, bipolar, psicopatía, etc. Hay estudios con especialistas de esta rama y evaluaciones de esos pacientes, en verdad si algunos de ustedes han tenido esa experiencia, no me dejarían mentir al decir que es perturbador. Son personas fuera de sí, aunque algunas se ven como personas normales, pero en sus mentes son un caos, desde escuchar voces en sus mentes, hasta un odio tremendo por la humanidad. Pero por el otro lado están las personas que han sido víctimas de estos perturbadores mentales, si lo vemos como un caso clínico, podríamos decir que no le apliquen la Pena Capital, pero si lo vemos del lado de la víctima, lo más probable es que se pida la Pena Capital.
 La Pena Capital no es cuestión de ideologías, ya que tanto capitalistas, comunistas y hasta religiosa las ejercen, como condena que va en contra con el orden social establecidos por ellos. El protocolo que ejercen para los condenados a esta pena es horrendo, en especial las de Texas (Aunque no todos los Estados que componen la Unión América, poseen la Pena Capital), si has visitó alguna vez el protocolo para la ejecución por televisión, te has dado cuenta que son 24 horas de agonía para el condenado, es un tormento psicológico que conlleva ese protocolo, que si yo fuera el condenado, preferiría que me ejecutarán a la antigua, con una soga en mi cuello o enfrente de un pelotón de fusilamiento, con el último cigarrillo en mi boca; no entendía bien del porque de ese protocolo tan horrible, pero al final de la ejecución lo comprendí muy bien, y no es otra cosa, que el condenado pague por todo lo que ha hecho en sus últimas horas y segundos de su miserable vida.
 Aunque la Pena Capital es tan antigua como la misma raza humana, siempre en cada generación de seres humanos surgen la misma pregunta, para aquellos pueblos que no poseen esa condena: Será necesaria la Pena Capital? Tal vez no como una solución a todos los problemas que enfrenta una sociedad moderna, más bien como una descompresión social; llevando en sí un claro mensaje a todos y todas que cometan actos horrendos y de barbarie... que harán fila para esperar su turno al pabellón de la muerte....