Pie Grande (Sexta Parte)

  Peter y su hijo pasaron la primera noche en vigilia, para ver si podría ver y atrapar a Pie Grande, a pesar que era verano un clima agradable por las noches, pero el eslabón perdido en medio de esas montañas, era como buscar una aguja en un pajar. Peter mientras iba pasando las horas, su desgaste físico y tolerancia hacia los hechos eran muy notables, la edad lo había hecho un viejo intolerante, amargado y gruñón; su poca paciencia se iba acabando poco a poco, No se como le hice caso al loco de mi hijo!! decía Peter sin que su hijo lo escuchara, pero Harold cada hora era de entusiasmo, ya que había esperado tanto tiempo ese momento tan transcendental en su vida.
 Iban caminando en la espesura de la oscuridad con sus linternas, con lentitud y precaución, buscando el monstruo de las montañas, con sus rifles cargados listos para dispara; había escuchado un ruido muy fuera de lo normal al otro lado de unos arbustos, iban quietos y agazapados, al acecho donde se encontraba su presa, Harold noto que la luz de la linterna de su padre temblaba, era evidente que el viejo tenía miedo, pero lo tenia que dejar que lo superara, se irritaría si le comentaba algo a su padre; Peter era el primero que iría al encuentro del monstruo, se agazapo aún mas y lentamente cargó su rifle, pero fue suficiente ruido para alertar a la presa y salto en los arbusto en dirección de Peter, todo fue una verdadera locura y confusion, Harold gritaba por su padre y a la vez disparaba con su rifle, Peter también tirado sobre el piso y disparando, hasta que le dieron alcance a la presa, lo vieron inmóvil en medio de la oscuridad, con sus respiraciones todavía agitadas padre e hijo, alumbraron con sus linterna a su presa y vieron que era muy pequeño para ser Pie Grande, y cuando se acercaron aún más para identificarlo, se dieron cuenta que era un cervatillo, padre e hijo se tumbaron sobre el suelo y dejaron que bajara su pulso cardíaco a la normalidad y así poder disipar más sus mentes.
 La segunda noche pasó sin novedad, la paciencia de Peter había llegado al culmine de su vejez impaciente. Por la mañana siguiente Harold vio a su padre empacando todo para regresar al pueblo, el fin de semana estaba acabando y era hora de regresar; Harold no sabía como dirigirse a su padre, ya que él estaba decidido a encontrar a Pie Grande a como diera lugar, se le acercó a su padre con un poco de vergüenza y le dijo: Padre no se como decirte, pero deberíamos de quedarnos una noche más, yo estoy seguro de que encontraremos a Pie Grande, Que tú dices? - el semblante de Peter cambio de frustración a ira, y le respondió a gritos: Hijo, que no te das cuenta que estas loco!!! Aquí en estas

montañas no hay ningún Pie Grande, tan solo en tú mente!! - esas duras palabras de su padre fueron suficiente para que Harold bajara la vista a su padre y se fue caminando muy triste, se recostó su hombro en un viejo roble y mirando al cielo, a Harold se le salieron las lágrimas, y se dijo para sus adentros: quizás el viejo tenga razón, estoy loco de remate y estoy viendo demonios donde no los hay... se secó sus lágrimas con su manga de la chaqueta camuflada; su padre lo observaba desde lejos, no podía creer como le había contestado a su único hijo, ya el cargo de conciencia pesaba más mientras los minutos transcurrían. Su padre se acercó a su hijo con mucha vergüenza por haberlo tratado de esa manera, y le dijo: perdona a este viejo amargado hijo, no quise hablarte de esta manera, a mi edad todo se torna tan poco tolerante - no te preocupes padre, a lo mejor tienes razón, lo dijo Harold con resignación - No hijo, nos quedaremos dos noche más si es necesario, de todas formas tenemos suficiente suministros y nadie nos esperan en casa, desde que tu madre murió, sólo nos tenemos uno al otro, le dijo Peter - Harold muy contento abrazo a su padre y decidieron pasar dos noches más en las montañas.
 Por la noche estaban cenando el cervatillo que le habían dado caza, era una buena fogata, para comer y recordar viejos tiempos, padre e hijo; en unos pocos minutos Harold sintió ese mal olor que jamas olvidaría en el resto de su vida, sabía que Pie Grande estaba cerca - Pero que diablos es ese mal olor Harold, preguntó Peter - prepara tu rifle padre, que Pie grande anda cerca- Peter tomó su rifle muy nervioso y lo cargó, su pulso se había acelerado de un minuto a otro; en esos momentos vieron salir un enorme tronco que cayó en medio de la fogata haciéndola apagar, ambos se asustaron y tomaron sus linternas, pero dentro de las malezas salió el enorme ser que le llamaban Pie Grande, rugiendo y haciendo estremecer al más valiente; Peter lo vio y no lo podía creer, pero era suficiente impresión para su débil corazón, se tomó del pecho y le faltaba aire para respirar, su hijo se percató del estado de salud de su padre y vio cuando el cayo de rodillas al suelo, tomándose su pecho con sus manos, su pobre corazón no soportaba mas, y Peter gemía por su corazón  como diciéndole: no me falles en estos momentos que mi hijo esta solo....