El Reino del Diablo (Tercera Parte)

                                                     El Templo de Salvación

  Fabio estaba pasando muy duros momentos a su corta edad de los quince años, todo era tan doloroso y distinto, sin nadie que guiara su vida, alguien en que confiar, jugar, lo protegiera, contarle todos sus sueños y anhelos. Fabio tenia que superar dos duras realidades, la de sobrevivir y superar su mas reciente luto con el asesinato de su padre.
 Conseguir un trabajo a esa edad, con poca educación y sin experiencia, era una verdadera ironía, mas en un país tan pobre como el de Fabio, y por si eso fuera poco sus políticos que eran no mas títeres de los verdaderas personas que tenían el poder y el dinero del país, no dudarían de vender hasta su propia madre, con el propósito de obtener reconocimiento, prestigio y una buena suma de dinero en cuentas en el exterior, en esos paraísos fiscales, para cubrirse muy bien sus espaldas: el blanqueo de dinero en la clase política por medio del narcotráfico ya era un hecho muy bien guardado, degenerando y pudriendo mas la caótica sociedad, que poco a poco iba sin rumbo fijo.
 Fabio pasaba días sin comer y a veces sentía el deseo de robar para poder alimentarse, pero siempre se castigaba insultándose el mismo, porque por ésas clases de personas es que hoy no tenía un padre y tristemente se daba cuenta en su vecindario que muchos estaban pasando por cosas horribles similares y otras mucho peores, pero Fabio no se daba por vencido, porque conocía aquel refrán: "Desgracias de muchos, consuelos de tontos".
 Uno de los muchos días de penuria, venía de regreso a su hogar, pasó todo el día en busca de trabajo y todo lo que pudo reunir fueron lo que equivale a $2.00 Americano, pero está ahorrando dinero pagar la mensualidad de la luz eléctrica con ya dos meses de retraso, él sabia que esta vez le cortaría la energía eléctrica de su humilde hogar; iba pasando en una calle muy transitada, cuando miró un

rótulo en un templo se encuentra en todas partes y decía: "Centro de ayuda caritativa para los más necesitados". Fabio entró en esa pequeña oficina muy deteriorada para ver si le ayudaba un poco a mitigar su hambre; le salió al encuentro una dulce mujer y le dijo: Te podemos ayudar en algo? - Fabio con mucha pena le dijo que si, que si tenia algo de alimento porque hace un día no había probado un bocado claro que te podemos ayudar en eso y en ropa si necesitas, pero tienes que ser miembro de nuestro templo de Dios y venir todos los días a la prédica de nuestro pastor, le dijo la amable mujer- Fabio pensó rápido y sin dudar le dijo que si, de todas formas que le podía hacer daño un poco de ayuda espiritual- la mujer le dijo: muy bien en cinco minutos empezará nuestra asamblea de Dios, recuerda que no solo de pan vive el hombre, y lo dirigió en una pequeña puerta donde se encontraba reunido un grupo de personas esperando la prédica de su pastor; hermanos y hermanas les presentó a un nuevo miembro de nuestra Iglesia, cual es tú nombre muchacho? Le preguntó la mujer- mi nombre es Fabio- esta bien, su nombre es Fabio hermanos y la amable mujer lo hizo pasar hacer parte de su congregación; todos se acercaron a Fabio muy amable y a saludarlo, intercambiando sus nombres.
 La asamblea empezó puntual dirigido por el pastor Ernesto, saludo a todos en su púlpito con gran alegría y regocijo; leyó el Apocalipsis donde se habla de los últimos tiempos, y después de haber terminado de leer los versículos de interés, continuó a predicar: Queridos hermanos y hermanas, aquí esta en la biblia escrito lo que tenemos que pasar en los últimos tiempos, guerra, hambre, peste y todas las calamidades que hoy vivimos en carne propia, pero el Señor nos dice que tengamos fe en él, porque de él es la venganza y la gloria - Aleluya!! gritaban todos los presentes- Tenemos que esperar la venida de nuestro Dios con fe y resignación, porque es el único que nos podrá salvar de este mundo en caótico y cruel, él vendrá de los cielos hacer justicia, a los malos los condenarán al infierno por la eternidad y a los buenos nos llevará con gloria al paraíso, a vivir por siempre en su presencia, pero hay de aquellos que se alejen de su camino porque serán castigado fuera de su santa presencia, sufrirán los tormentos del infierno con castigos y azufre; porque como dijo Jesús: están con él o en contra de él... Dios no quiere tibios ni dudosos, porque también serán echado a la hoguera.... así siguió la prédica del pastor enseñando a su pequeña comunidad de fieles, les explicaba como el hijo de Dios había sufrido y crucificado por redención y salvación de toda la humanidad, que como era posible que el hijo de Dios se había entregado por nosotros y había sufrido tanto en este mundo y nosotros no podíamos aceptar nuestros propios sufrimientos....
 Continuamente Fabio asistía al templo por  ayuda alimenticia y espiritual, pero en él despertaba mucha dudas, pero de inmediato eran reprimidas; cuando él hacía pregunta del por que los ricos eran más felices que los pobres? la respuesta era otro pasaje de la biblia, donde Jesús hace ver que es más fácil que un camello pase por el agujero de una paja que un rico... eso quiere decir hermano que los ricos se irán al infierno porque no quieren entregar todas sus posiciones y seguir a Dios, y nosotros los pobres ya hemos perdido todo, haciendo más fácil llegar a nuestra salvación, recuerda que Jesús en sus bienaventuranza nos dice que de los humildes es el reino de Dios. Pero Fabio recapacitaba para sí mismo: sin tanto los ricos como los pobres pecamos, la verdad que mucho de nosotros no tenemos nada de humilde; por igual matamos, robamos, nos acostamos con la mujer de nuestro prójimo, mentimos, etc. Haciendo referencia a la gran ola de criminalidad que se cernía, en todo su pueblo rico y pobre. Miraba con desdén como había más mendigos en cada esquina, que muchas veces por hambre mataban  robaban y se prostituían; era una verdadera locura, ahora Fabio tenia mas miedo que nunca, del Diablo y su infierno, de Dios que si ponía un pie en falso lo mandaría directo al Diablo y de los ladrones, asesinos y para colmo de males ya empezaban a traficar droga en su inmenso barrio pobre.
 Fabio se daba cuenta que enfrente del templo donde él asistía, estaba otro templo pero con otra denominación cristiana, pero ambos jamás se saludaban a cambio se decían insulto para desprestigiar una congregación de la otra, era una pelea sin fin de quien tenia la razón y de que lado estaba Dios, pero al final no quedaba claro de que lado estaba Dios. Un día saliendo del templo se encontró con un mendigo en una esquina y le dijo: Por que no pides ayuda en nuestro templo o en otros, tienen ayuda alimenticias y más? - A mi me niegan todo muchacho, le contestó el mendigo- Pero por que? le preguntó muy sorprendido Fabio- no me quiero hacer de ninguna congregación religiosa y por eso no me dan nada, le respondió el mendigo - pero eso es malo? le preguntó Fabio- No sabes que las religiones son el opio de las sociedades?