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Novato de la literatura y de la vida...

October 17, 2014

El Reino del Diablo (Segunda Parte)


                                                El Asesinato  de un Padre

 Ramiro era el padre de Fabio, solo procreó tan solo un hijo con su Señora esposa que murió de cáncer de seno cuando Fabio apenas tenia 5 años; Ramiro le recordaba a su hijo que el cáncer de su madre provocó una muerte espantosa, su esposo hizo lo humanamente posible por ayudar a su cónyuge, pero por la causa de la extrema pobreza, tuvo que pedir ayuda a los hospitales sociales o del gobierno que siempre carecen de todo hasta de personal adecuado, hasta en hoy día. Pero lo peor es esa zozobra de espera de una consulta médica, que si se debe tratar con un médico especialista es otra consulta médica, que las semanas de espera se prolongan todavía mas, por lo menos tres meses; en el peor de los casos si necesita una cirugía son 6 meses más por lo menos o si en verdad tiene suerte. Muchos pacientes no logran sobrevivir a ese gran Calvario; ése fue el caso de la madre de Fabio.
 Después de la muerte de su esposa,  Ramiro fue padre y madre a la vez de su único hijo Fabio, para ése entonces la clase más desposeídas, empezaba a dar los primeros frutos malévolos, pero en verdad eran muy pocas las personas que se arriesgaban a delinquir; había mucho más actos de delincuencia en las clases sociales mas privilegiadas, pero pronto ellos tomaron medidas drásticas, con la ayuda de cuerpo policía que siempre estaban al pendiente de ellos dándoles seguridad privada, que según ellos decían merecerse.
 Ramiro era albañil de profesión, siempre y cuando hubiera trabajo para él, también le tiraba un poco a la fontanería y electricidad, pero que no fueran de alto voltaje. Fabio recordaba siempre a su padre como un hombre feliz a pesar de la dura vida que llevaban, él decía que su vida era su único hijo y se dedicaba a cuerpo y alma por ver feliz a su hijo; como todo padre amoroso, quiere lo mejor para sus hijos, educación, salud, vestuario, vivienda, etc. Pero la extrema pobreza en su país se iba acentuando cada vez más, de una manera alarmante que nadie podría sospechar a que clase de locura iba a parar todo ellos; cada año se marcaba muy bien la divisiones sociales, en su mayoría extremadamente pobre y en su minoría, extremadamente ricos.
 A Fabio le gustaba ir con su padre los fines de semana al parque, a jugar pelota y comer helado, su padre prefería divertirse con su hijo porque era un padre sobre protector, no le gustaba que Fabio hiciera amistad con niños desconocidos para ellos; después de divertirse en el parque, su padre se dirigía con su hijo a un barrio de personas adinerada que no quedaba muy lejos del lugar, él sabia la hora donde esas personas sacaban sus prendas de vestir que ya no querían, las encontraba en bolsas plásticas en una esquina para que se las llevara el camión recolector de basura, así que ellos se tenían que apresurar antes que llegara el camión; encontraban todas clases de prendas: hombres, mujer, niños y de niñas; en su gran mayoría de alta calidad, ambos padre e hijos se sentían muy felices cuando regresaban a su humilde hogar, con el botín incautado de los ricos, eran en verdad muy felices a su manera, se conformaban con lo poco que tenían para vestir y comer.
 Una noche Ramiro no podía dormir pensando en el futuro incierto de su hijo, se levantó y salió a una pequeña terraza que tenia su humilde hogar, desde allí divisó su barrio pobre, era una colina muy grande donde pululaban hogares pobres en toda la colina, ahí era el depósitos de los desposeídos y ya no cabía ni un alma ahí; voltio a ver en sus espalda y vio a su pequeño retoño dormido sin ninguna clase de preocupación; Ramiro se detenía a pensar que no quería que su hijo llevará su mismo futuro de pobreza, era feo y terrible, había hecho el esfuerzo sobre humano por salir adelante con su pequeño hijo, pero simplemente no era suficiente, él muy bien sabía que las oportunidades se iban cerrando cada vez más y cada año se iban sumando mas familias en la extrema pobreza, sólo una buena educación era el único salvavidas para tan precaria situación pero era demasiado costoso a su realidad y en su país nada era gratis, con lágrimas en sus ojos dijo en voz baja y melancólica: lo siento hijo mio......
 Cuando Fabio tenia quince años, iba a bordo del autobús colectivo con su padre ya un poco envejecido, ambos iban sentado y muy felices, venían de los barrios ricos con mucha ropa usada que habían adquirido en la esquina de la calle: en una parada de autobuses se subieron tres jóvenes
sospechosos que oscilaban entre la edad de veinte años, eran muy pobres como ellos pero con miradas fieras y determinación endemoniada; Ramiro y su hijo no se percataron de esos jóvenes ya que estaban muy felices por su ropa usada, haciéndose ilusiones como la irían a combinar. Al cabo de unos minutos uno de los jóvenes se fue directo donde el chófer y le puso la navaja en el cuello y le ordenó que cerrara las puertas del autobús y que no se detuviera, sino pagaría con su vida; los otros dos jóvenes gritaron a los pasajeros: Este es un asalto!!!! Y sacaron sus navajas para quitarles a la fuerza el dinero y las prendas de valor que llevaban todos los pasajeros, Romiro al darse cuenta del asalto, se levantó de su asiento para defenderse de ellos, pero los jóvenes fueron más rápido y lo apuñalaron en repetidas ocasiones sin piedad, Fabio al ver lo que le estaban haciendo a su padre, también se levantó a protegerlo para que no le siguieran haciendo más daño a su padre, pero uno de los ampones lo apuñaló en un costado, padre e hijo hacían sobre el piso del autobús sangrando de muerte, los ampones salieron corriendo afuera del autobús antes que llegara la policía; Fabio tenia la vista empañada y miraba como los pasajeros no hicieron nada por ellos, todos se quedaron mirándolos en sus asientos asombrados como padre e hijos perdían la vida; Fabio abrazó a su padre con la fuerza que le quedaba y llorando le decía: no te mueras papá, por favor....
 A la semana siguiente le dieron de alta en el hospital a Fabio, el único que sobrevivió al asalto en el autobús, para suerte de Fabio la puñalada no tocó ni un órgano importante, pero la suerte de su padre fue distinta; Ramiro murió en el acto producto de las 17 puñaladas que le dieron sus asesinos; Cuando Fabio salió del hospital todavía convaleciente, le entregaron las cenizas de su padre, ya que nadie reclamó el cuerpo de Ramiro y su hijo carecía de todo los medios para darle una santa sepultura. Al llegar a su hogar Fabio en lo alto de la colina y entró a su hogar con las cenizas de su padre, se vio solo y cayado al suelo llorando sin consuelo, hoy a sus 15 años se encontraba sin padre ni madre y con el gran reto de sobrevivir por el mismo en una situacion que año con año se hacia cada vez más precaria....


























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