Ésa misma noche iban ambos amigo adentro de la camioneta a toda velocidad, se miraban demacrados y con cara de espanto, ninguno de los dos quería tomar la iniciativa de hablar, pero a pocos kilómetros antes de llegar al pueblo, Jack rompió el hielo: con lo que a mi respecta Harold yo no he visto ni escuchado nada, no quiero que las personas del pueblo ni mi familia me tomen como un loco, desde hoy mi boca queda sellada con respecto a esa experiencia, pero si tú decides contar todo yo lo negaré, perdona amigo pero así son las cosas, quiero superar esto y sacarlo de mi vida lo más pronto posible.
Llegaron al pueblo ambos amigos sin decir nada de lo que habían visto en las montañas, ellos conocían muy bien a las personas de su pueblo, serían el hazmerreír de todo el pueblo y si tenían suerte sus familiares no los encerrarían en un manicomio.
Los meses pasaron en ése tranquilo pueblo, pareciera que Jack había olvidado y superado lo vivido en las montañas, aunque ya no se aventuraban ir de caza por las noches; pero a Harold le sucedía todo lo contrario, ése secreto lo estaba devorando por dentro, sentía como si algo horrible hubiera hecho y no pudiera con su cargo de conciencia; entre más días callaba su secreto era más terrible su ansiedad, no podía dormir muy bien por las noches y casi todo el día se la pasaba callado, hermético y solitario.
Un día trabajando en la granja el padre de Harold observaba a su hijo con mucha detención, estaba preocupado, ya que su hijo había cambiado mucho de la noche a la mañana, lo primero que se imaginó que quizás Harold estaba usando drogas o en el peor de los casos la pesadilla de todo padre granjero, que su hijo fuera homosexual. Así que se le acercó a su hijo que estaba cambiando las fajas del motor de uno de sus tractores; Hola hijo!! Como vas con eso? le pregunto su padre- bien padre ya pronto termino con esto y volverá estar en marcha, le contestó Harold sin voltear a ver a su padre- Peter miraba a su hijo con mucho detenimiento y sentía que su hijo estaba muy incómodo ante la presencia de él; sabes hijo te quiero contar una hermosa fábula, de un pajarito que se sentía feliz en su jaula donde estaba al cuidado quien era su amo, el pajarito era muy cantor y todos los días por la mañana cuando salía el sol, se ponía a cantar y despertaba a todos los de su casa con sus bellos
Las semanas pasaron rápidas, como era de esperar la sobre confianza de lo jóvenes a veces son imprudentes; fue así que Harold creyó erróneamente que así como su padre había tomado las cosas porque no sus amigos de la escuela? se decidió de compartir esa aventura que paso en las montañas con Pie Grande, como era de esperar unos compañeros de la escuela se mostraban escépticos a los hechos, muy pocos le creyeron lo que había pasado y lo que más peso tenía era la hipocresía de muchos de sus compañeros que se mofaban de Harold por sus espalda, tratándolo de loco y fantasioso; toda esa anécdota de Harold se regó como polvorín en todo el pueblo, que poco a poco se iba convirtiendo en un mito supersticioso producto de los mismos pobladores...
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