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Novato de la literatura y de la vida...

October 21, 2014

El Reino del Diablo (Quinta Parte)


                                                      Hijos Inesperados 

  Pasaron los años para Fabio, ya pesaban sobre él los 50 años y nunca quiso tener una familia, esposa, hijos o hijas, etc. todas ésas cosas y responsabilidades que el hombre o la mujer adquieren cuando tienen el deseo y la voluntad de formar una nueva familia. Fabio tuvo muchos amoríos en su juventud pero siempre se protegía y cuidaba de no engendrar hijos, ya que su traumática vida lo hizo desistir de ser padre de familia; Fabio siempre decía que nunca iba a traer hijos a éste mundo, porque no quería que pasaran todos los sufrimientos que él había pasado en su vida o tal vez más aún.
 Fabio seguía viviendo en el mismo barrio empobrecido de siempre, que hoy cubría toda la colina de abajo hacia arriba, ni un centímetro dónde no hubiera un asentamiento familiar; la pobreza es igual como el cáncer, si no se trata a tiempo destruye todo a su paso, desgraciadamente hay que extirparlo y muchas veces perder un miembro para poder salvar lo que quede, en el peor de los casos dejarlo desahuciar hasta que muera, igual pasa con la pobreza. La pobreza abarcó todo el territorio nacional, los simples ladrones ya eran cosa del pasado, había mutado a bandas organizadas, su mayor lucro es el tráfico de drogas, extorsión y secuestro; la clase mas empobrecida era la mas azotada y mucha veces desoladas, ya que había empezado el gran Éxodo migratorio hacia países extranjeros, no había un lugar seguro en ningún barrio popular y menos en zonas marginales, los altos índices delincuenciales se habían disparados en cifras jamás antes vistas; los pocos barrios ricos habían cerrado filas con mucha seguridad y tecnología, ninguno de las familias ricas se iba acobardar ante ninguna banda organizada.
 La prostitución y los drogadictos era habitual en cualquier esquina; en cada barrio popular habían bandas delincuenciales quienes les exigían a sus residentes un peaje obligatorio solamente por transitar a lo que ellos le llamaban "Su Área de dominio" que muchos años atrás eran motivo de constantes asesinatos con rivales de otras bandas que querían ejercer dominio entre ellos mismo, hasta que formaron alianzas entre ellos de no agresión para luchar en un solo fin, el dominio absoluto de todo el territorio nacional.
 La policía era su su segundo objetivo a seguir, habían contaminado la justicia estatal en base a sobornos, ya que se estaban moviendo grandes cantidades de dinero y los jueces no escatimaban para poner sus precios a la altura del crimen organizado; la institución policial fue contaminada poco a
poco, con infiltraciones del crimen organizado a la única institución que velaría con la seguridad
ciudadana. Algunos buenos policías eran inmediatamente ejecutados por ésas infiltración a la
institución para debilitar e intimidar, el único objetivo era paralizar cualquier acción de la única autoridad legal y ponerla al servicio de las bandas organizadas, un objetivo muy ambicioso pero letal para cualquier país; por su parte los gobernantes no reaccionaban ante tal embestida, porque su único interés era saquear más el Estado y el caos social, les vendría como anillo al dedo, para seguir dando más falsas esperanzas a su pobre pueblo sufrido y olvidado.
 Fabio había dejado de asistir al templo hace muchos años atrás, aunque les estaba agradecido por todo lo que hicieron por él, pero su manera de ver la vida y ver al verdadero Dios, simplemente no encajaba con las religiones; Fabio siempre fue una persona honesta y trabajadora, era testigo presencial de como se iba descomponiendo su estrato social, que año con año se sumaban miles y miles de familias a la extrema pobreza, acentuando más las miserias y las necesidades. Eran testigo de como familias enteras iban perdiendo toda sensibilidad ante el sufrimiento humano, incitaban a sus hijos para que entraran a esas bandas organizadas y poder así subsistir del dinero del narcotráfico, extorsión y secuestro. El cuerpo policial con su ya caótica situación muy poco podía hacer, su trabajo se limitaba a vigilancia preventivas, pero en cada barrio a los menores de edad, el crimen organizado los usaban como centinelas, tráfico de armas y droga, muchos de ellos morían a muy temprana edad, la mayoría no llegaban a la edad adulta; por eso el crimen organizado desarrollaba reclutamientos masivos para estos jóvenes con la amenaza de ejecutarlos si no se unían a su grupo delincuencial y las mujeres jóvenes eran usada para sus servicios sexuales y parir sus hijos, eran amenazadas con ejecutar a toda su familia si no cedían a sus deseos sexuales, por órdenes de las bandas criminales tenia que ser mujer de todo el grupo delincuencial, el rol de la mujer en el crimen organizado se resume aún simple objeto sexual.
 Fabio trabajaba como jardinero en barrios exclusivos y a pesar de todo, su paga no era tan mal, se daba cuenta como los ricos combatían la ola delincuencial y los mantenía a raya, no escatimaban para usar la fuerza para tal fin, ellos estaban muy bien armados y sus respectivos guardaespaldas no dejaban que ningún delincuente se fuera con su merecido, aunque la delincuencia en esas áreas era
muy reducidas y remotas, porque ellos mismo bien sabían cuál sería su destino si se atrevían a enfrentarse con la clase adinerada del país. Un día de regreso a su humilde hogar, Fabio vio un cuadro de la pobreza en su máxima expresión, eran dos hermanos huérfanos que habían terminado en la calle, les asesinaron a su padre y madre porque se negaban de pagar la extorsión para poder ingresar a su barrio pobre; todos pasaban por alto viendo a los hermanos abrazados para minimizar el frío que pronto caería por la noche, todo era como una escena dantesca sin que nadie se inmutaba ante el dolor ajeno, Fabio también pasó por alto quejándose por la pobreza y la desdicha. Por la noche Fabio no podía dormir pensando en esos dos hermanos y se levantó a medianoche para dirigirse dónde se encontraban ellos, los encontró y el mayor de ellos protegía al menor con su cuerpo desnudo, a Fabio se le partía el corazón y los despertó, ellos muy asustados le decían que no tenían nada para robarles y Fabio les ofreció su ayuda, les dijo que podían vivir en su humilde hogar y que él los protegería en adelante, que no se preocuparan por el alimento de cada día, que en pocas palabras desde ése día los adoptaría como hijos suyos. Les dio de comer ambos hermanos, para que no se durmieran con el estomago vació, les pregunto el nombre y el mayor le dijo que su nombre era Raúl y el menor le dijo que su nombre es Milton; posteriormente Fabio les hizo sus camas y les dio sábanas para que se durmieran caliente, ellos se lo agradecieron con una sonrisa sincera; Fabio se acostó y pudo dormir con su conciencia tranquila.....
























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