El Cementerio (Segunda Parte)

                                                          Una Alma Angustiada

  Nidawi era un hombre solitario, siempre le gusto la soledad que trae consigo el silencio y la meditación que tanto le encantaba; se había trasladado a Maryland una ciudad con mucha historia antiguas desde el nacimiento de la nueva nación que antes pertenecían a sus ancestros. Nidawi había nacido en Omaha de donde proviene su nombre nativo, pero hoy quería vivir en un lugar diferente, conocer otras ciudades importantes e históricas, se instaló una pequeña casa que queda al lado de un cementerio con restos de los primeros colonos que habitaron esas tierras; su valor habitacional era muy bajo por esos lugares, ya que a nadie quiere vivir a la par de un cementerio, pero Nidawi le pareció genial no solo por su precio, sino que a él los espíritus son parte de su cultura Apache, así que no le importo el lugar donde viviría.

 Nidawi consiguió un trabajo a tiempo completo en una tienda de comestibles, con los días noto que las personas de allí, eran muy diferente a su natal Omaha, eran  desconfiados y pocos amigables, pero a Nidawi no le importaba en absoluto, ya que para él la soledad eran una parte vital de su vida, no molestar ni ser molestado por nadie.
 Su casa era de dos habitaciones, antigua como el cementerio que tenía como vecino, era ya invierno las nevadas eran bastante suave pero constantes, le gustaba el frío y la calefacción de su casa funcionaba a la perfección. Nidawi le gustaba meditar por las noches antes de dormir plenamente, bueno era casi lo mismo, lo único que la meditación estas consiente y en el sueño estás inconsciente. Una noche empezó a soñar que estaba en una casa fabricada de tablas de madera, era Otoño y entre las tablas entraba una brisa muy helada, encendió su improvisada chimenea y la pequeña casa empezó entrar en calor, una señora que jamás había visto en su vida se despidió de él con un beso en su frente; Nidawi pronto entró en sueño profundo y se fue a su pequeña habitación con una cama de madera y de colchón unas pieles de bisontes. Lo despertó una fuerte tos y se levantó muy agitado como si le faltara aire y pudo ver con horror que su casa se estaba incendiando, el fuerte humo no lo dejaba respirar ni ver, sintió que ya no pudo más y se desmayó; se dio cuenta que su espíritu estaba volando sobre la casa que se estaba incendiando, pudo ver por los aire como su humilde vivienda era devorada por las llamas sin piedad.
 Nidawi despertó de su meditación, confundido porque creía que estaba durmiendo y no meditando, creyó que había tenido un mal sueño, se levantó de su cama y fue al baño, encendió la luz y abrió el grifo, se estaba lavando su rostro cuando escuchó que el interruptor lo apagaban dejándolo a oscura dentro del baño; Nidawi sabía de lo que se trataba y a oscura encontró el interruptor volviendo a encender la luz del baño; finalizó de lavar su rostro y apagó la luz, se dirigió a su habitación y pudo sentir la presencia de un espíritu dentro de su habitación, se sentó en su cama y abrió una pequeña gaveta de su mesa de noche, en ella se encontraba un amuleto que su abuelo se lo había hecho y regalado; era una cola disecada de una cascabel, amarrada con plumas del águila sagrada, su abuelo había hecho el conjuro del amuleto, le había dicho a Nidawi que sin el conjuro no servía para nada el amuleto, antes de morir su abuelo le dijo a Nidawi que si quería comunicarse con los espíritus debería de usar el amuleto. Nidawi sacó el amuleto de la mesa de noche y empezó agitarlo haciendo el sonido peculiar de las cascabeles cuando te advierten que no te acerques a ellas, comenzó a recitar la mantra sagrada en forma de canto para llamar a los espíritus: Oh!!!! Almas sagradas de las montañas, que tu traes las nubes de lluvia que le da vida a las praderas y a tus criaturas; con tu temibles truenos y rayos haces estremecer la tierra; Oh!!! Alma del águila que surcas los horizontes y ves toda la vasta tierra por lo alto.... toma con tus garra ese espíritu que no sabe su rumbo...
 A la par de la ventana pudo ver el espíritu con una luz muy opaca, era muy borroso su aura y apenas divisaba un rostro de un muchacho como de 20 años; Nidawi le preguntó sin miedo: Que andas buscando aquí muchacho? - el espíritu le contestó: ando buscando a mi madre? - Y cuál es tú nombre? - mi nombre es: Johnny- Para que buscas a tu madre? - la casa donde vivíamos se a incendiado, lo hemos perdido todo, le dijo el espíritu con mucha angustia- Cuanto tiempo has estado buscando a tu madre? le pregunto Nidawi- Al principio el espíritu no sabía que responder, se quedó callado por un buen rato y luego respondió: Sabes todo esto es muy raro, siento que el incendio fue hace algunos momentos, pero a la vez recuerdo que he estado en muchos lugares buscando a mi madre, pareciera que por años- Sabes muchacho temo que tú madre no se encuentra aquí, pero si tengo noticia de ella te lo haré saber, a propósito: Cuál es el nombre de tu madre? le pregunto Nidawi- Su nombre es Karen, le contestó el espíritu, pero en esos momentos el espíritu de Johnny se había ido. Lo que no había notado Nidawi es que la conversación con el espíritu lo había hecho con telepatía, si alguien más hubiera estado allí con él, observaría que Nidawi estaba hablando solo con la pared, de inmediato habría llegado a la conclusión de que Nidawi estaría loco.

                                       El Alma al Servicio de su Majestad

  Las semanas pasaron en relativa calma para Nidawi, el espíritu de Johnny no lo había vuelto a visitar, su vida se resumía de su trabajo a su casa y viceversa, algunos fines de semana lo ocupaba para ir a ver las lápidas del cementerio, lo que sorprendía era que cada cuerpo enterrado en ese cementerio databa de muchos siglos atrás, algunas tenían grabadas sus nombres y las fechas de nacimiento y muerte.
 Una noche lo despertó un ruido arriba del techo de su casa, pensó que eran unos muchachos que le querían jugar una mala broma, encendió las luces de su habitación y se sentó sobre su cama para escuchar mejor, y eran impacto sobre su techo, como si alguien tiraba piedras de mediano tamaño, se levantó y fue directo a la ventana para ver si alguien era, su panorama era el cementerio con poca iluminación pero lo suficiente para fijarse en una persona, miraba detenidamente, pudiendo divisar con gran asombro un soldado con casaca roja y su mosquete, su figura era casi trasparente pero lo suficiente para ver que estaba herido de una de sus piernas; Inmediatamente Nidawi buscó su abrigo y su amuleto de cascabel, dirigiéndose al cementerio en busca del soldado herido.....