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Novato de la literatura y de la vida...

September 23, 2014

A Los Doce Años de Edad (Segunda Parte)


 Cómo en mucho de los casos en esta edad, uno hace amistades muy fácil pero algunos les cuesta relacionarse en la vida social que a esa edad se empieza a valorar y a tomar en cuenta en tú propio desarrollo personal, aunque hay amigos o amigas que sientes más afinidad que con otras, ya sea por un motivo u otro; ése era el caso de mi gran amigo de la escuela que se llamaba Owen, pero de sobrenombre le decían " Goliat", ¿Se acuerdan de ese cuento? ¡Perdón! ¿De esa historia? ¡Si Hombre! ése personaje bíblico de un gran tamaño y fuerza, todo un guerrero en su época y temido por los Israelitas, era como el Rambo antiguo, bueno dice que David lo mató con una honda, pero a mí no me costa, como me decía mi abuela: " El papel aguanta con todo lo que escriban en el" pero ése sobrenombre era un sarcasmo, porque mi amigo Owen era todo lo contrario a ese ser mítico; era un muchacho raquítico, cohibido, muy callado y anémico. A la madre de Owen le gustaba el café muy cargado, pero un día no se terminó su taza de café y la dejó a la mitad sobre una mesa, a Owen no le gustaba el café, pero bueno uno a ésa edad comete errores más que por curiosidad que por maldad, así que Owen decidió tomarse la taza de café cargada de cafeína, que su madre había dejado, su reacción fue casi de inmediato, a Owen se le durmió todo su esquelético cuerpo y fue a parar al hospital por tres días y esos tres días no durmió ni un minuto.
 A esta edad es muy fácil poder ver los diferentes carácter de cada niño que tendrán ya de adulto, sus cualidades y sus deficiencias, en la formación como persona con actitudes positivas y negativas. En el caso de las niñas siempre son impredecibles, o como decía mi abuela: "Dejaríamos de ser Mujer". Así que en la escuela había toda clase de tipos y tipejos, cada cual con lo suyo, unos hacían creer que eran unos grandes intelectuales con un gran toque de imaginación mezclado con una pizca de fantasia, estaban los millonarios también, lo que no paraban de decir de todas las riquezas que su familia poseían, que venían de familias de nobles y aristócratas, para ellos su fortuna era incalculable, mirando a los demás con menosprecio, pero a mi me encantaba molestarlos con preguntas acertadas, les decía: si tú familia tiene tantas riquezas y son nobles, por que están estudiando en una escuela pública? No me respondían y me dejaban de hablar por semanas, después nos dábamos cuenta que en su barrio ellos negaban rotundamente que estudiaban en una escuela pública, era patético pero todo tenía una finalidad, la atracción del sexo opuesto, y a veces les daba buenos resultados, las chicas se tragaban todo ese cuento y creían que andaban de novios con unos verdaderos magnates y a nosotros nos miraba como la "Prole" (El Proletariado) o plebeyos. Estaban los matones también, lo que con golpes quieren todo arreglar o imponer sus ideas y dominio, Owen era el candidato perfecto para lo que se le llama hoy "Bulling" pero habían reglas muy específicas para las peleas, no están escritas en un papel pero si en la mente de cada contrincante, el machismo predominante de ésa época lo exigía, las peleas eran de uno a uno, no podía intervenir nadie más, si se rompía esa regla de oro te trataban de un cobarde, ése calificativo era tan deshonroso y te trataban de "gallina", jamás deberías usar armas o cualquier artefacto para las peleas, porque también te trataban de "gallina", eran peleas de fuerza y puños nada más, las luchas eran en el acto con los ánimos caldeados, no como hoy que ponen el día y la hora cuando tendrás el encuentro; mi padre antes de ir a la escuela y por la experiencias que él mismo había pasado, me decía: el día que vengas aquí a la casa golpeado y derrotado, yo mismo te termino de rematar!! Así que me esmeraba por siempre salir victorioso, no tanto por la vergüenza de haber perdido sino por mi padre me molería a golpes, así era la vida del machismo y no había nada que hacer a mi edad.
 Los tipos como Owen, cayados y muy reservados, eran los más inteligentes y aplicados, le llamaban "raros", pero para suerte de Owen yo era un tipo con alma bondadosa, amable, siempre dispuesto en ayudar al más necesitado y con una sed de justicia a más no poder...bueno para ser sincero, nada que ver, también lo necesitaba para mis materia de matemáticas y geometría, así que decidí hacer un pacto con Owen, yo le ofrecí protección para que no lo molieran a golpes, a cambio de que me ayudara en mis materias, menos mal que él aceptó, sino yo tambien le hubiera molido a golpes como se solía hacer, fue así como se fraguó una gran "amistad".
 Era la hora de recreo en la escuela, era patético todo salíamos corriendo cuando tocaban las campanas del receso, como si soltaran todo los potros salvajes, para que al final estuviéramos viendo las caras en el poco espacio que había en la escuela para departir. En eso venían entrando los tres granjeros, los padres de los adolescentes, todo los niños y niñas nos quedamos quietos sin hablar ni respirar, viendo con asombro los tres granjeros, eran unos tipos enormes parecían Osos Grizzly, el menor estatura le calculaba 1.80 mts. más de 300 libras cada uno, con sus Overoles sin camisas y unas enormes botas, con cabellera larga y unas barbas milenarias con contraste de ahumado por fumar tanto tabaco, para suerte del Director no traían sus enormes escopetas de doble cañón, parecían que acababan de salir de su madriguera invernal, saliendo como unas verdaderas bestias hambrientas; el Director se asomo por la ventada de su oficina y cuando los vio a lo lejos, se maldecía mil veces, se jalaba los cabellos con desesperación, yo estaba cerca de la oficina del Director, pero no era necesario escuchar al Director las maldiciones que salían de su boca, como queriendo decir: En que diablos estaba pensando cuando los llame!!! Los tres Osos, perdón los tres granjeros pasaron enfrente de mí, tenían un olor fuerte y penetrante, así como los que usan los machos para marcar sus territorios; haya iban los padres de los adolescentes a la oficina del Director, en esos momentos nadie quería estar en el pellejo del Director, se tenía que andar con cuidado de no hablar mal de los hijos de ellos, porque era evidente que lo harían picadillo, el Director se había arrepentido de haberlos sacado de su hábitat pero ya era demasiado tarde.....










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