El Monólogo De Torquemada

   Flagelare tu carne hasta tus huesos, maldito hereje! dentro de tu mente sembrare la duda, la incertidumbre de lo que no se ve, de lo que no se siente y a quien deberías depositar tu fe; tu fe estará ligada en mis palabras al igual que tus actos. Se hará recurrente el martillo, la espada y el fuego; y haré una tormenta sin agua, sin vientos, sin nubes negras, sin relámpagos ni rayos; pero les aseguro que seré impecable! te atormentare de día y de noche, maldito hereje! mandaré a cortar tu cabeza como a copa de árbol, llegare hasta la raíz de tu dolor, mezclare la leña con tu cuerpo, haré carbón de tus huesos para dar calor a estufas ajenas; que canten los míos en cada grito de tu muerte! yo seré tu juez y verdugo a la misma vez, maldito hereje! tu juicio será justo ante los ojos de mi dios... Pondré sus corazones en la balanza del Santo Oficio, porque será tu reino la envidias del viejo y nuevo mundo. 
 - Matenlos!   
 - Quemenlos! 
 - Morteruelos! 
 - Juzgarlos!
 - Hacerlos prisioneros!
 - Hacerlos sufrir! Como  en la guerra de Granada
 - Y siempre verlos como infieles! porque burlan a Cristo Nazareno!
 - Sufrirán como perros! Así Dios lo quiso, pero volverán de rodillas, sumisos, blanqueados y aceptando a Dios por fin......
 Yo, Torquemada, creo en Dios, y en mi Rey, creo en el dios que hay en ti, Fernando! y en la iglesia que te ama, porque del celo de Dios tu eres mi Rey, por mi boca amparas la gracia y la fe, en Castilla y Aragón...