El Monólogo De La Moral Social

  Como mucho sabíamos en aquel entonces muchos jóvenes Americanos mueren sin una buena razón, los adultos han cometido un gran error en estar en esa guerra sin sentido alguno... solo puedo sentir: rabia, frustración y total impotencia; siento que estoy por hacer algo inmoral, algo que va en contra de mis principios fundamentales como persona humana, siento que voy a tomar parte en unos de los grandes crímenes de nuestro siglo, y lo peor de todo que lo haré por: amargura, frustración y un sentido de lo absurdo; a partir de ese momento mi lógica, mi sentido de humanidad y de la vida, cambiará....
 Eran mis amigos y vecinos, del mismo pueblo con aquellos que entrene en el arte de matar... sentí que no llenaba las expectativas.. que por no entrar con ellos a esa maldita guerra y no compartir la carga, sentía que no era una persona honorable, son sentimientos encontrados... me preguntaba a mi mismo todas las noche como una mantra: Irás allá asesinar personas? Eso es correcto? 
 Estaba en Fort Lewis, Washington a 90 minutos en autobús a Canadá; le escribí a mi padre y madre que me mandaran dinero y mi pasaporte, nunca me preguntaron del Por Que? pienso que ellos ya lo presentía... guarde todo en mi casillero incluido la ropa de civil. pensando "tal vez lo haré". Y todos esos "quizás" estuvieron por un buen tiempo en mi mente... Que me impidió a no hacerlo? creo que fue algo simple y estupido a la vez, era temor a la vergüenza, miedo al ridículo y la humillación; lo que mi novia hubiera pensado y las personas en el Gobbler Café del centro de Worthington, los muchachos del Country Club y todas las personas de ese pequeño pueblo, el lugar donde crecí; Que dirían de mí? Que soy un traidor? Un desertor? o con toda seguridad dirían: que cobarde y marica, se fue huyendo a Canadá... y me imaginé a mi madre y padre oyendo esas cosas de su hijo, Dios que vergüenza! no pude reunir el valor de decir: No lo haré! No iré asesinar a esas personas anónimas y sin rostros para mi; fui asesinar a personas por el único rostro que conocía, no les podía decir que no, no a ellos... y tuve que vivir con eso por 40 años, eso es mucho tiempo para vivir con una crisis de conciencia; la pesadilla de esa guerra para mi no son las bombas ni las balas, es esa falta de coraje de la cual me arrepiento hasta el dia de hoy......