El Ermitaño (Capítulo #9)

  Adán habría lentamente sus ojos, se había quedado dormido después de la dolorosa y traumática extracción de bala en su pierna, todavía le dolía mucho, sabía que tenía que quedarse unos días en la casa del muchacho por su condición de convalecencia; Adán miraba enfrente de él y allí estaba Rubén, pendiente al progreso de la salud de su huésped - Gracias Ruben por haberme salvado la vida, estoy en deuda contigo, y disculpa si no te lo había dicho antes a veces soy mal educado, le dijo Adán - No se preocupe señor , creo que usted hubiera hecho lo mismo si se hubiera dado al caso contrario, le dijo Rubén - Adán dudaba por unos segundos si en verdad él hubiera hecho lo mismo con un desconocido, pero respondió: Bueno, si bueno... supongo que sí; pero entre mas trataba de igualar la determinación de su anfitrión, mas falsas se le escuchaba sus palabras ante los oídos de Rubén; disculpa por mi mala educación de nuevo, mi nombre es Adán, se lo decía alzando su mano derecha, el rito social para estrechar una vieja o nueva amistad. Y dime muchacho: Que te a traído por estos parajes tan solitarios y hermosos? preguntaba Adán cambiando la conversación - Ruben cambió su expresión ante esa pregunta tan personal, su mirada fue esquiva así como sus ademanes huraños, no hubo respuesta por parte de él; Adán sabía que era de algo que Rubén no quería hablar y menos con un desconocido, así que Adan tenía que romper el hielo, fue el primero en contar su historia de vida: Siempre me disgusto las cosas complicadas, no se el por que? pero así soy, para mi la sociedad es demasiado complicada y si a eso le sumas a tantos idiotas inconscientes, embusteros, farsantes, hipócritas, desalmados, traidores, serviles, fanáticos, etc. Es para mí mas que suficiente para tirar la toalla y largarme de ahí; algunos me pueden llamar cobarde pero no me importa en absoluto, de todas maneras todos allí tiene su precio y su valor, y lo digo refiriéndome a las personas no a las cosas... Adán miraba desalentado hacia la única ventana de la única habitación, tomó aliento y prosiguió... si tienes algo de valor o algo que les interese a ellos (la sociedad) tienes un cierto valor para ellos, si no tienes nada no vales nada, eres insignificante para ellos; recuerdo una vez que puse una demanda por un accidente de trabajo que me dejó muy mal de salud, el abogado de la compañía quería llegar a un acuerdo conmigo, me ofreció una cantidad ridícula de dinero con respecto a lo que exigía en la demanda, pero el abogado me dijo que era lo que yo valía en esos instantes, con respecto de lo yo cotizaba por año, respecto a los años que me quedaba por cotizar, así que me aclaró su abogado que no me podía dar mas de lo que valía; Ja! idiotas! es vulgar ponerle precio a una persona, pero así son ellos, para ellos en estos momentos no valgo nada en absoluto, por eso me canse de tantas estupideces, tanta hipocresía, tantas falsedades, tanta crueldad, tanta insensibilidad, tanto salvajismo inhumano, tanta indiferencia y desamor... o simplemente me convertí en un viejo gruñón, intolerante e insatisfecho, tal vez! pero lo importante para mi es que estoy aquí y a mi manera soy feliz. 
  La mirada y la expresión de Rubén era sepulcral casi indiferente que Adán lo noto de inmediato; queriéndose levantar de lo era la cama de Rubén, le dijo: perdón muchacho, creo que soy inoportuno, me tengo que ir a casa; pero antes de levantarse cayó de nuevo sobre la cama con mucho dolor en su pierna, que Rubén se levantó con rapidez para ir lo auxiliar - debe de quedarse aquí conmigo señor Adán, hasta que usted se recupere, a mi no me importa ni me incomoda tener su compañía, le decía Rubén; Adán tenía mucho dolor y era evidente en su expresión, le dio las gracias de nuevo a Rubén por ser tan hospitalario. Rubén es esos instantes reflexiono que aunque no le gustara, tenía que socializar con Adán, de todas formas, ellos estaban solos en esa enorme naturaleza; Rubén empezó hablar un poco de su historia de su vida.........