El Monólogo De Un Humano.

  Ves de cuán poco valor son las cosas las que andamos, corremos del mismo modo se nos va la vida; una vida de hermosuras, pero depende de tus facciones físicas, depende el color de tu piel, depende de tu estatus social, depende de tu edad, depende del país de procedencia, de la cultura, del adelanto tecnológico, de la historia, depende de muchas cosas que se hace difícil definir la palabra hermosura.  
 Cuando viene la vejez o un estúpido asume el poder, la hermosura, el tez, el país y las mayorías de cosas que asumimos como hermosas se convierte en feas, ruin y grises. Por muchas vías y modos se pierde la gran alteza de esa vida; los estados y la riquezas que nos glorifica así como la deshonra que nos hunde, por su procedencia o en la forma como se obtuvieron en el pasado - ¿Quién lo duda? -  no pidamos belleza a la edad, puesto que una verdadera dama se forja desde la juventud hasta llegar a su máxima expresión. 
 Pero lo digo sin miedo, ¡nadie tiene dueño en esta vida! o al menos deberían no tenerlo; con eso nos engañan porque se nos va la vida en sueños que al final es otro engaño; ¡mundo de embusteros! 
 Somos en qué nos deleitamos temporalmente, o de quienes se aprovecha de muchos eternamente; mirando a los menos afortunados con indiferencia y mofándose: ¡perdedores!
 Si fuese todo el poder mío, tornaria mi rostro y preguntaría junto con mi alma: ¿en verdad? ¿ Como podemos hacer todo eso? -- Cuando nos veamos con los ojos de la verdad, como seres humanos no habrá naciones, fronteras; el color de piel y los rasgos físicos solo serán cosas efímeras; el bien común prevalecera en su máxima expresión, y el orgullo nacionalista lo veremos como un horrible engaño que nunca tuvo que haber pasado. Solo así podremos contemplar a la humanidad en su máximo esplendor, y sentirnos orgullosamente humanos.