El Hombre Lobo Y Su Monólogo

- ¿Qué Decir de mi? 
- ¿Qué decir de mi atormentada conciencia? 
- ¿Qué decir de ese espectro sobre mi camino?  
Pero permitidme que por el momento me llame a mi mismo Peter, está blanca página no debe ser manchada con mi verdadero nombre; demasiado ha sido ya objeto de tanta humillación, del horror, del odio a mi estirpe... 
- ¿A caso los vientos tempestuosos  de tanto horror, no han esparcido a las regiones mas lejanas de mi imparable infamia? 
 ¡Oh, proscrito!  ¡si yo!  ¡el mas abandonado de los proscritos! 
¡No estoy muerto para este mundo! 
¡No estoy muerto para la honra de los humanos!
Entre las esperanzas de ellos y la del cielo aparece una densa nube nocturna, ocultando y exponiendo la Luna a la misma vez.... 
  No quisiera, aunque me fuese posible, registrar hoy la crónica de estos últimos años de inexpresable desdicha e imparable crímenes; he llegado abruptamente al colmo de la depravación, pero ahora solo me interesa señalar el origen de esta última. Por lo regular los humanos van cayendo gradualmente en la bajeza; en mi caso, la virtud se desprendió bruscamente de mi como si fuera un manto; de una perversidad relativamente trivial, mi vida paso a pasos de gigantes... Pero permitidme el relato de tanta desdicha, la muerte se acerca y la sombra que viene con ella, proyecta un flujo calmante sobre mi espíritu; mientras atravieso el oscuro valle, anhelo la simpatía humana - casi iba a escribir ¡la piedad! - de mis semejantes. Me gustaría que creyeran que en cierta medida fui esclavo de las circunstancias que exceden el dominio humano. Me gustaría que buscaran a favor mío un oasis de fatalidad en ese desierto del terror... Me gustaría que reconocieran, que si alguna vez existieron tentaciones parecidas, ¡Jamás! un hombre fue tentado así... 
 - ¿Será por eso que nunca sufro de esta forma tan surrealista?
 - ¿No habré vivido en un mal sueño? 
 - ¿Por que no muero víctima del horror y el misterio de la mas extraña de la visiones Sublunares? 
 Desciendo de una raza cuyo temperamento imaginativo y fácilmente excitable, la destacó en todo tiempo y lugar; desde mi mas tierna infancia di prueba de haber heredado plenamente el carácter de mi estirpe; a medida que avanza los años, esa modalidad se desarrolló aún mas, llegando a ser por muchas razones causa de grave ansiedad para mis amigos los humanos, y de perjuicio para mi. Crecí gobernándome por mi cuenta, entregado a los caprichos mas extravagantes, y victima de las pasiones mas incontrolables. 
 ¡Débiles!  ¡asaltados por afectos! constitucionales análogos a los míos; mis aullidos es mi propia ley de mi propia causa, quede esclavo de mis propios instintos... o mejor dicho: el amo y señor de mis propias acciones y pasiones.