El Monólogo De Orfeo

¡Oh Eurídice! mi bella flor... maldigo ese día trágico cuando te perdí, y aquel filo de la media noche, cuando me encontraba débil, cansado y en triste reflexión embebido; cabeceando y casi dormido escuche aquel súbito golpe seco, como si alguien llamara a mi puerta de mi corazón, ¡era la muerte! diciéndome: hasta de tristeza se muere... me vi vagando como en un sueño surreal, aquel lugar desconocido para todos los mortales, pero igual especulante. De pronto cuando vi aquellas almas desesperadas empecé a recitar mi mantra: Las tentaciones arranca vagos sones, la princesa prosigue de adorables visiones, de blancuras miradas llenas de estrellas... siempre es de noche allí para que jamás abandones las esperanzas; con la luz de Luna como testigo, reflejando aquellas siluetas llenas de esperanzas, con mis lúcidos recuerdos de aquel gélido Diciembre, espectros de brasas moribundos se refleja sobre el suelo nocturno, gritando: ¡no del todo está muerto! Mi angustia era entre otras cosas ver un nuevo día, hacer una tregua con mi dolor e irme de allí con mi amada Eurídice... repetía mi mantra una y otra vez hasta que conmoví al terrible dios Hades, amo y señor de aquel terrible reino. Hades me dio la potestad de salir de aquel terrible reino con mi amada, pero con la condición que ella iría atrás de mí, pero si yo volteaba la mirada hacia atrás antes de llegar al reino de los vivos, el trato estaría roto. 

 El crujir de los pasos era triste, vago, escalofriante, en aquella vereda infernal; llenábame de fantásticos terrores, jamás antes sentido; ¿y ahora Que? ¡Perdonad mi señora! gritaba con furia y llanto por dudar que Eurídice viniera detrás de mí. Miraba ya a lo lejos la luz del reino de los vivos, traicionándome la duda, el miedo y la incertidumbre; mire atrás de mi, y efectivamente venía mi amada Eurídice que rápidamente se desvaneció en el tiempo y el espacio....  

- ¡Maldito el momento en que dude!

- ¡Maldito el momento que me dominó la debilidad y el miedo!

- ¡Maldigo ese momento en el que mire atrás! ¡ese momento fugaz en el que te perdí! sin poder volver por ti allá donde tu estas....