El Monólogo De King Kong.

   

Es difícil entender a los humanos si no sientes como ellos; recuerdo a una de ellas en especial, ambos éramos tan solo unos bebes pero yo al quedar huérfano un hombre con su hija me cuidaron sin esperar nada a cambio; su pequeña Ann me cuidaba y alimentaba todos los días, pero me daba lo mas importante que muchos olvidan dar: amor y proteccion, esas dos cosas tan fundamentales para cualquier ser en sus primeros años de vida. Un dia me soltaron a la selva, me dijeron que ya era mi tiempo, ¿mi tiempo? como cualquier otro ser que tiene que probarse a si mismo mas que al mundo entero, que puedes sobrevivir ante la adversidad y eres autosuficiente; ¿pero Ann? ese ser tan especial, tan frágil, tan vulnerable, la ingenuidad mezclada con amor. Cuando supe de su partida a la gran ciudad, me volví loco e iracundo; mi mundo ya no era el mismo sin ella, no podía aceptar su partida bajo ningún argumento, simplemente ella era como mi pequeña hermana. 
 Pero pasó algo inesperado en esa inmensa ciudad, nunca fui aceptado por los que allí viven por ser diferente a ellos, me atacaron, queriendo por todos los medios ponerme en una jaula para exhibirme como su trofeo, otros simplemente asesinarme y algunos expulsarme de su ciudad; me preguntaba a mi mismo: ¿como mi pequeña Ann puede sobrevivir a tanta personas tan odiosas? - así que decidí salvarla, pues mi corazón ya no me

pertenecía, pasó lo peor que le puede pasar a una persona que ama "El Olvido" su pequeño corazón ya había sido contaminado por esas personas odiosas, pero sin ser así decidí salvarla y llevarla a mi Isla Calavera, no importando si entrego mi vida por ella, porque ella siempre será mi niña, la que siempre aparece en mis días oscuros, tristes y de soledad; te has ganado mi corazón mi niña, de todas las estrellas eres la mas hermosa, con tu sonrisa llenas de energía el entorno, con los brillos de tus ojos alumbran mi caminar mi niña, gracias por ser mi estrella de la noche, esta amistad va a ser intensa y hermosa porque surgió por cosas del destino, me has mostrado que tu alma es como el mar: inmenso y pasivo; mi niña eres todo el amor que yo esperaba.