El Espíritu Errante (Primera Parte)

Año 1,863...Randy sentía el desgaste físico y psicológico de la guerra civil, él había combatido desde el comienzo en 1,861; poco a poco se iba haciendo la idea que todo terminaría muy mal y no solo para él, sino que también para todos sus compañeros del regimiento, incluyendo al sargento Smith, que con el tiempo al servicio de la Unión le había tomado una gran estima hasta el punto que lo consideraba su amigo. El ejército de la Unión tenía que cerrar la brecha a los Confederados, dirigido por el imparable Comandante Robert Lee, sin dudas sería una lucha a muerte, de todo eso tendría que surgir un vencedor, pero cualquiera que fuera lo seguro era que cambiaría en su totalidad el mapa político de América del Norte; el regimiento dónde se encontraba destacado Randy iba en camino a Pennsylvania, a cerrar brecha al ejército Confederado, pero Robert Lee iba desafiante y confiado en una victoria que sin dudas dejaría un amargo sabor al ejército de la Unión, seria un derrota que Abraham Lincoln lo dejaría fuera de todo escenario político, y en lo mejor de los casos tal vez capitulara el Norte, pero los Sureños no se hacían muchas ilusiones, púes bien sabían que los Yankees eran personas duras de roer, pero como era de esperar en las guerras nada estaba escrito todavía, todo podía cambiar de la noche a la mañana.
 Como era de esperar el viejo zorro del comandante Robert Lee sabía muy bien en que terreno estaba pisando, mandó un pequeño regimiento adelante de ellos para que se apostaran en una colina estratégica al Oeste de Pennsylvania, anduvieron toda la noche y madrugada sin parar, un pequeño regimiento eran mucho más fácil de maniobrar haciendo el viaje mucho más rápido de lo normal, con una buenas artillerías y suficientes municiones para aguantar cualquier ataque mientras llegaba el grueso del regimiento del comandante Robert Lee. Llegaron sin ningún contratiempos, se apostaron rápidamente en lo alto de la colina, listos para cualquier ataque del ejército de la Unión.
 Cuando el regimiento de la Unión estaban a solo de un día de camino para llegar a ése punto estratégico mandaron un pequeño grupo de soldados expedicionarios delante de ellos para medir la situación, en ese grupo iba Randy cabalgando a todo galope directo al objetivo; era una noche con luna llena, el pequeño contingente iban con sus corazones desembocados, algo le decía a Randy que se toparían con una sorpresa, tal vez solo era intuición de su sexto sentido, el pánico entre los soldados eran la forma de vivir que habían adoptado desde que empezó esa maldita guerra, pero el preludio de una catástrofe dentro de sus filas era algo que no se podía quitar de su mente. Antes del amanecer llegaron a su objetivo como lo habían planeado y los soldados se bajaron de sus caballos poniéndolos en resguardo, ellos siguieron a pie a una distancia que no fueran a comprometer la integridad de nadie, pues tenían que regresar a dar el informe al resto de la compañía que se habían quedado atrás; cuando amaneció por fin, ellos estaban en el bosque muy bien protegidos, Randy sacó su catalejo y vio con asombro la bandera Sureña en lo alto de la colina, lo recorrió por todo lo alto de la colina y pudo ver que ya habian soldados Confederados muy bien apostados en puntos estratégicos en la cima de la colina, se dijo para sí mismo: Maldita sea!!! sus demás compañeros de armas se imaginaron lo peor y estaban en lo cierto, uno a uno se pasaban el catalejo para ver por sus propios ojos que estaban enfrente lo que sería su propio infierno....
 El pequeño contingente de expedicionarios regresaron  donde estaba el grueso del ejército Unionista, se apresuraron a darle las malas noticias al alto mando de la Unión, en ellos se encontraba su amigo el sargento Smith, todos los soldados al ver venir a sus compañeros y les vieron con rostros afligidos y desconcertados, a todos los soldados al ver esas expresiones del grupo expedicionarios, fue como si les echaran un balde de agua fría, sus ánimos se desmoronaron en un abrir y cerrar de ojos, y no era para menos, lo que estaba en juego eran sus propias vidas......
 El Alto mando Unionista al escuchar las malas noticias del grupo expedicionario, también se sintieron desconcertados y sentían que sus vidas estaban sostenido por un pequeño hilo, pero no podían dudar o esperar una decision, porque también habían mandado otro grupo de expedicionario a vigilar al ejército de los Confederados, y para sus desgracias estaban a un día y medio para llegar al objetivo, así que no podían esperar más, sabían que esa gran colina era un punto estratégico para el paso libre del ejército Confederado que iban directo al Norte para ser tomada a la fuerza; así que sin pensarlo dos veces se decidió dirigirse al objetivo y tomar la colina a la fuerza, antes que llegara el grueso del ejército Confederado con su leyenda el comandante Robert Lee...