El Espíritu Errante (Cuarta Parte)

Randy estaba observando detenidamente la escena cuando era un niño todavía, cuando sintió una gran fuerza en su espalda,  tan fuerte que lo había succionado como un muñeco de trapo, sin tener tiempo de reaccionar que era lo que le estaba pasando; se vio en el interior de un remolido luminoso, algo así como una especie de túnel, Randy sintió un gran pavor, todo era tan surrealista, pensaba que todo lo que le estaba pasando era tan solo un mal sueño; Randy sentía que iba flotando en el interior de ese remolino luminoso, pero lo más impactante para él fue que no se miraba en forma fisica, no miraba su cuerpo tal y como era, pero él sentía que iba por ese túnel flotando, alrededor de él, lo iban guiando unas gaviotas, jamás en su vida había visto unas gaviotas, solo recordaba a esas aves en un libro que estaban muy bien dibujadas, fue el primer libro que le regaló su padre.
 Después de pasar ese túnel luminoso todo se volvió apagar para Randy, estaba en un bosque y era de noche, se miró a sí mismo y pudo percatarse que volvía a tener su cuerpo físico nuevamente, pero el lugar era surrealista tambien y desconocido para él, estaba extraviado sin un lugar a dónde se pudiera dirigir; Randy no se daba cuenta que había pasado a otra dimensión, era un lugar donde no existía ni el tiempo ni espacio, era una dimensión paralela a la que había vivido anteriormente y que ambas coexisten mutuamente, una dimensión desconocida para cualquier espíritu que llegaba allí. Randy empezó a caminar por la noche sin ningún rumbo, solo tratando de buscar a alguien quien le pudiera decir en que lugar se encontraba y si era posible encontrar el camino de regreso a casa; Randy sentía que había caminado por mucho tiempo tal vez unas tres horas, se buscó su reloj de bolsillo en su pantalón pero no encontró nada, tal vez se le había caído en la batalla en la colina pensó, esa maldita colina... salió de su boca como un reproche; llegó a un acantilado y desde allí divisó una desembocadura del mar, en medio de esa desembocadura se encontraba un peñasco y en su cima una casa iluminada, se dispuso ir a ese lugar, tendría que ser el hogar de alguien a quien le podría preguntar dónde se encontraba.
 Randy iba caminando hacia esa casa y en sus cabeza iba enfrascado con sus recuerdos; recordó esa maldita bala, esa bala la que no esquivo, se paró en seco y se tocó preocupado su cráneo con sus dos manos, pero de inmediato se dio cuenta que estaba intacto de cualquier daño, Randy estaba mas

confundido que antes, no sabía exactamente que estaba pasando con su vida, todo era tan extraño, tan locamente desquiciante.... Llegó a la orilla de la desembocadura y pudo ver mejor esa casa que estaba en la cima de una peña, estaba rodeado por el mar, no sabia como cruzaría esa parte de mar para llegar hasta allí, buscando por la orilla y para su suerte, divisó un diminuto desembarcadero, rudimentario para una sola persona y un solo bote con dos remos, se apresuró  a ir porque ese sería su medio de transporte para llegar a esa casa; iba remando muy despacio esa casa estaba muy cerca de la orilla, en bote no tardaría más de 15 minutos en llegar, pensó Randy, al llegar encontró otro diminuto muelle donde dejó amarrado el bote, se dispuso entrar a la casa que estaba en la cima, antes de subir había dos objetos que Randy jamás había visto algo igual, uno de color azul y el otro de color rojo, subió las escaleras en forma de caracol, que se entraba en el peñasco hasta subir a la casa, estaba todo perfectamente iluminado, era una especie de luz que jamás Randy había visto  como una pequeñas cajas luminosas, llegó a la casa hasta la cima, había dos preciosas palmas de coco, una brisa encantadora, se podría decir paradisíaca, entró a la vivienda saludando con temor, pero la casa era muy pequeña, un solo cuadro adentro sin divisiones, al final de una de las paredes estaba una pequeña cama individual, justo a la par de una de las ventanas, en el otro extremo un pequeño escritorio con una silla enfrente, eran sencillos pero robustos, se acercó hasta allí, se sentó y la silla era muy confortable, se percató que sobre el escritorio había una cuaderno con aparecía de nuevo sin usar y a la par un lápiz, tambien lucía nuevo, tomo el cuaderno y lo hojeo, vio que efectivamente era nuevo, no pasaba más de cien hojas de papel, pero no había nada escrito en ella, lo dejó donde estaba, y Randy se dispuso a esperar al dueño de esa casa, tal vez no tardaría en llegar pensó Randy, en esa espera noto algo muy extraño, no sentía cansancio alguno o fatiga, no tenía hambre ni sed y mucho menos sueño.
 Amaneció y el dueño de la casa no aparecía, Randy estuvo toda la noche en vela aunque no sentía sueño ni cansancio y mucho menos hambre, se dispuso a viajar para conocer el lugar ya que hoy había luz con ese precioso sol, que nos da vida..vida susurro Randy...