LAKOTA (Primera Parte)

 Los Lakota son parte de la tribu Sioux, viven al norte del río Misuri, siempre fueron un pueblo nómada, viviendo de la caza del bisonte dominado extensas zonas de la praderas. Las grandes batallas y conflictos no fueron más que cantos de cisne de unas tribus que se les había privado de los medios de supervivencias y a quienes se le había importado enfermedades y alcohol, que resultaron las principales causas de mortalidad...
  El jefe de la tribu Oglaga se encontraba muy preocupado y trastornado por una maldición que ellos consideraban por el abuso a la naturaleza que habían hecho los hombres blancos y  su pueblo injustamente estaba pagando ese precio; el aire que estaban respirando se sentía pesado y hostil, su pueblo simplemente se sentía cansado hasta para cazar y caían en sueños profundos, algunas personas dormían por días y muchas de esas personas jamás despertaban de esos malos sueños. Para el jefe eso ya no podían seguir así de esa manera, se volvieron nómadas de la noche a la mañana porque pensaban que era el lugar donde estaban asentados estaba maldito, pero para su sorpresa no era así, donde ellos fueran siempre se sentía ese ambiente pesado y esos sueños tan profundos; un día un joven de la tribu cayó en sueño profundo, en ese momento su nombre era Umi que significa vida, pasaron tres días y el pequeño joven no despertaba, su familia muy preocupada le daban alimentos líquidos con mucha dificultad, pero si no despertaba en cinco días estaban seguro que su hijo iba a morir, porque nadie de la tribu había durado más de ese tiempo.

El joven Umi se miraba en sus sueños solo sin su tribu en el desierto, tenía mucha sed y sin ánimos de seguir viviendo, por las noche era visitado por un caballo de fuego, que iluminaba todo el desierto hasta donde le alcanzaba la vista, el joven Umi se

preocupaba mucho porque pensaba que el caballo de fuego iría a arremeter contra su persona; algunas noche el caballo relinchaba mucho, como si llamara al joven Umi pero él se refugiaba como podía, para evitar al caballo de fuego; por el día en el desierto lo acompañaba una araña donde él joven iba también iba la araña, al principio le daba miedo pero la araña le indicaba donde había agua para que él sobreviviera en el desierto, al principio al joven Umi le costó creer que la araña se quería comunicar con él y mucho menos salvarle la vida, pero la necesidad de sobrevivir lo hizo aceptar su compañía con un arácnido.
 El jefe Oglaga ya no podía soportar la penosa situación de su pueblo, así que hizo llamar a los tres chamanes más respetables y poderoso de su tribu; los tres chamanes entraron en la choza del jefe Oglaga, hicieron reverencia al gran jefe y se sentaron enfrente de él, Oglaga les dijo: nuestro querido pueblo guerrero y noble está atravesando una prueba muy dura jamás vista, como todos lo sabemos es una maldición provocada por el hombre blanco, desde que vinieron a usurpar nuestras sagradas tierras y nos han obligado a emigrar a otras regiones, los espíritus se han enfurecidos con nosotros por no tener el valor de enfrentarlos y expulsarlos de nuestras tierras que por las leyes ancestrales nos pertenecen... los chamanes le respondieron: hemos intentado todos los hechizos y conjuros que sabemos durante muchos días sin ningún éxito, no podemos hacer nada por eliminar esta maldición, la única esperanza es hablar con el gran espíritu - pues que así se haga dijo el jefe Oglaga, sólo espero que el gran espíritu tenga piedad de nosotros y nos ayude a curar a nuestro pueblo.
 Ésa misma noche los tambores empezaron a sonar preparándose a invocar al gran espíritu, todo el pueblo estaba reunido ése noche al contorno de la gran fogata formando un solo circulo, mientras la noche se hacía más oscura y el cielo más estrellado, el ritmo de los tambores cambiaban a un mismo latir del propio corazón de la tierra, donde su llama jamás se apaga y da vida por el cual todo conocemos, pero cuando descarga toda su energía destruye todo a su paso y a la misma vez le da vida, porque para ese corazón palpitante no hay tiempo alguno... empezaron la danza de los tres chamanes del cual todo el pueblo había puesto su confianza y sus vidas... danzaron toda las noche y sin ninguna respuesta del gran espíritu, pero no podían darse el lujo perder sus esperanzas, lo intentarían una vez más la próxima noche.
  El joven Umi viviendo todavía en su letargo sueño, vio en pleno día una nube negra aparecer por el horizonte, el presagio de una gran tormenta, en cuestión de minutos la nube negra oscureció todo el cielo dejando en penumbra en todo el desierto, y empezó la danza de los rayos y truenos, con su resplandor pudo ver aproximarse un gran toro a toda velocidad, sus ojos brillaban como brasas y en sus fosas nasales exhalaba su coraje endemoniado, iba en dirección dónde se encontraba el joven Umi....