Abuelos (Quinta Parte)

 

 Alberto ya había ensayado una y otra vez lo que tenia planeado hacer y contar con el apoyo de su esposa, pero del dicho al hecho hay mucho trecho, como dicen; Alberto al ver la expresión de su esposa Valentina y la postura que tomó, dudaba que fuera convincente, pero se lo dijo: Estaba pensando que porque no invertimos nuestros ahorros de toda una vida para poner un negocio, yo se que dijimos que nunca tocaríamos ése dinero, que era para nuestra vejez, pero lo cierto es que ya lo empezamos a gastar poco a poco y antes que se acabe sería mejor invertirlo en un negocio rentable, es más creo que es lo mas conveniente. Valentina no era ninguna tonta, ella sabia que estaban en apuros económicos por la crianza de sus nietos, y que efectivamente se estaban gastando ése dinero, pero un negocio representaba todo o nada, si el negocio no resulta rentable sencillamente pierdes todo tú dinero invertido, también la edad de Alberto y su condición de salud no era muy propicia para esos esfuerzos que se necesita para montar un negocio por primera vez, pero Valentina le hizo dos preguntas: Éstas seguro de lo que quieres hacer? Y te crees capaz físicamente en montar un negocio nuevo? te lo digo porque se necesitan muchas horas de trabajo y sacrificios en montar un negocio - Claro que si!!!! estaba pensando en montar una librería de esas modernas, ya vi el local en una esquina bellísima y con mucho comercio, mi idea es vender toda clase de libros y revistas populares de moda, automóviles, motocicletas, celebridades y también revistas para niños,con una cafetería en su interior, sirviendo toda clase de café gourmet, con sofá cómodos, revistas y libros para leer dentro del negocio, también los clientes podría encargar libros si no los tengo en existencia y se lo enviaría por correo, que te parece? Se escucha genial, le dijo Valentina, pero éstas hablando de invertir todo nuestros ahorros - Así es

pero estoy seguro que todo saldrá muy bien y es más nuestros nietos nos ayudarán a montar la librería, ellos ya están un poco más mayores y con mucha energía para trabajar, de todas forma, ése negocio será un día de ellos, cuando nosotros ya no estemos en esta vida, le dijo Alberto - Muy bien hagamoslo, dijo Valentina con toda seguridad.
  Fueron dos meses agotadores para montar el nuevo negocio y echarlo andar, algunos días que Alberto esta muy agotado y lo suplantaba su esposa Valentina y viceversa, los que no paraban de trabajar duro e ir ayudar en todo lo que se necesitara eran sus dos nietos, era los que les daba ése toque rejuvenecido y mas vida a su negocio; su popularidad y la variedad de libros, revistas y sus exquisitos cafés como también sus deliciosos capuchinos, fueron la novedad a muchos kilómetros a la redonda, sin dudas fue la mejor decisión de sus vidas, sus ganancias superaron sus expectativas.

                                                            La Muerte de La Abuela

 Siete años después....... Ruben acababa de cumplir 17 años de edad y su hermana 15 años de edad, recién le habían hecho su fiesta rosa, su fiesta fue una sensación en su barrio, como dicen: "tiraron la casa por la ventana" todos ellos eran muy bien reconocidos por su vida familiar así como su prospero negocio de la librería, el Alcalde de la ciudad les había dado un reconocimiento muy bien merecido entregándoles las llaves de la ciudad y un buen nombramiento, por su gran desempeño en su negocio, haciendo de su ciudad un lugar más sano, educativo y acogedor.
 Pero hoy era un día muy triste, su abuela Valentina estaba hospitalizada hace tres días por problemas en su corazón, era evidente que su salud se había deteriorado muy significativamente, sus dos nietos Ruben y Patricia la estaban acompañando en sus últimos días, Alberto se había quedado atendiendo el negocio, pero él la visitaba todas las noches, hasta casi el amanecer. Valentina estaba en su cama del hospital y enfrente de ella sus dos nietos, les dijo: saben una cosa mis hijos, estoy muy orgullosa de ustedes dos, no cambiaría nada por lo que he vivido con mis dos Ángeles, si Dios me permitiera repetir mi vida, no cambiaría nada, por ustedes dos y mi Alberto son mi vida; no quiero que se pongan triste si un día falto, porque la vida es hermosa si la saben vivir y eso es lo que nosotros les enseñamos a ustedes dos, y se que hay otra vida después de esta, y ahí los estaré esperando, cuando ustedes tengan que pasar por esto también; Ruben y Patricia no aguantaron sus llantos y ambos se postraron tomando la mano de su abuela, lloraban inconsolables - por favor no nos dejes solos, le decía su nieta Patricia, entrecortada sus palabras por el llanto. Casi terminando la tarde sus dos nietos se retiraron tristemente del Hospital donde estaba ingresada su Abuelo, pero no se despidieron con un adiós, sino con un hasta pronto.