EL PSICÓPATA (Primera Parte)

 Dario se despertó muy exaltado, abría sus ojos una y otra vez, estaba empapado de sudor y su corazón le palpitaba acelerado con tanta fuerza que lo sentía en su cerebro ese palpitar, le vino un fuerte dolor de cabeza como era de esperar, sacudió su sábana hacia un lado y se sentó en el borde de su cama, por suerte era otra de sus malditas pesadillas, sintió seca su garganta y se dispuso salir de su cama, encendió la luz de su habitación y pudo ver que su ventilador que estaba en la parte posterior de su cama trabajaba a todas sus revoluciones, pero sin ser así sentía un calor insoportable, pero era de esperar en un país tropical como el suyo y sumando una horrible pesadilla; Dario estaba en la cocina y abrió su refrigerador, sacó un poco de hielo en un vaso y lo llenó con agua cristalina, se tomó dos pastillas para su dolor de cabeza e ingirió agua helada, saboreo el agua e hizo una exclamación de aprobación, apoyó sus dos manos en una de las mesas que se situaba en la cocina y apoyó todo su cuerpo, reflexionó por unos minutos sobre su salud mental, creo que debería ir donde un psicólogo, se dijo, pero no sonaba muy alentador porque en la sociedad que él había crecido, cuando alguien visitaba un psicólogo para ellos eras simplemente una escoria más de la sociedad y lo rechazaban sociedad y familia, aunque a Dario con respecto a la familia no le importaba en absoluto porque jamás en su vida había tenido una.
  Por la mañana Dario estaba tomándose una taza de café cuando tocaron a su puerta, fue a ver quien era y cuando abrió la puerta de su apartamento era su gran amigo en armas Reymundo, el saludo fue eufórico mezclado con una gran amistad que se fundió como acero en la guerra civil que ambos habían participado como soldados de infantería; que te trae por aquí mi gran amigo, le dijo Dario - solo quería saludarte en persona y haber como iba con tú nueva vida de civil, le contestó Reymundo- ya tú sabes amigo, peleando con mis propios demonios - eso se escucha muy mal Dario- no se Reymundo pero aveces pienso que me volveré loco - tómalo con calma amigo deja que las cosas se asienten un poco, y no le ofrecerás un rico café a tú gran amigo? - claro que sí, perdona mi falta de hospitalidad es que las pesadillas me están volviendo loco... y Dario se levanto del sofá directo a la cafetera a servirle un poco de café para su amigo, como lo quieres? le pregunto Dario a su amigo Reymundo - como siempre negro y amargo, le dijo Reymundo- Dario le llevó su taza de café caliente con un aroma agradable e inconfundible, Reymundo le dio las gracias y le dio el primer sorbo, Vaya!! es café Colombiano sin dudas es el mejor del mundo pero sígueme contando de tus pesadillas, le dijo Reymundo - Dario continuo: los ocho años de guerra civil de la cual hemos participado me a dejado bastante mal, todas mis pesadillas son referente a eso y ya no las soporto más, he pensado ir donde un psicólogo pero no se lo digas a nadie más, por favor - no te preocupes mi amigo que tú sabes que a mí no se me suelta nada, ni cuando nos tuvieron en cautiverio por dos meses con esos desgraciados, y si no fuera por ti nunca nos hubiéramos escapado, lo recuerdas? como olvidar, le dijo Dario, pero a ti te tuvieron en cautiverio sólo una vez, por mi parte fueron dos veces y las dos veces me les escapé, pero dejé una gran estela de muerte a todos ellos quizás por eso estoy tan mal - no te preocupes tanto, porque no haces lo que yo he hecho hoy que vivimos de civil, tú sabes, tener una esposa e hijos, una familia pues, le dijo Reymundo - no creas que lo he intentado y dos veces, pero ésas dos veces fueron un verdadero fracaso, lo de una familia creo que no es lo mío, tal vez nunca nací para tener una familia, le dijo Dario - no lo tomes tan a la ligera, ya vendrá la indicada cuando menos te lo esperes, le dijo Reymundo- eso espero mi amigo, le dijo Dario, cambiando de tema mi amigo, ya escuchaste las noticias de lo que está haciendo este gobierno estúpido que tanto sacrificios y sangre derramada hemos hecho por él? Claro que sí, le contestó Reymundo, pero que más podíamos esperar de las negociaciones de paz que hicieron con esos terroristas y narcotraficantes, solo a estos gobiernos Latinoamericanos se les ocurre negociar con terroristas, hoy estamos pagando todos por esos estúpidos acuerdos...
 Los acuerdos de paz consistieron en darles poder en los puestos claves del gobierno como en el congreso, senado y algunas alcaldías importantes del territorio nacional legalizando sus grupos extremistas como partidos políticos, fruto de muchos años de actos terroristas a la población civil y traficando droga a nivel internacional, por si fuera poco les otorgan amnistía a todos ellos; aunque la gran mayoría de la población civil se opuso a ellos, su gobierno hizo oído sordo a las exigencia del pueblo que les había dado su voto de confianza para que dirigiera su país con honor, dignidad, templanza y justicia.
  Así es le dijo Dario, pero lo que pasa ahora es una verdadera locura por culpa de este gobierno ineptos que no supieron dirigir el país -Y sabes que mi querido amigo, le dijo Reymundo, hoy se volvieron los terroristas totalitarios, con sus maniobras políticas han adquirido más poder y están haciendo leyes a sus conveniencias, nos han quitado para variar la pensión a todos los militares que nos otorgaron por servir a la patria y todos nuestras prestaciones adicionales, para dárselas a sus amigos terroristas- Ya me di cuenta de todo esa basura mi amigo, le dijo Dario, y también sé que han movido altos dirigentes militares para poner a su propia gente también, no se amigo pero esto se irá a poner muy mal -se escuchan rumores de un golpe de estado, pero ya tu sabes solo son rumores, le dijo Reymundo -Ya no me importa nada de eso mi amigo, solo me interesa mi salud mental nada mas, le contestó Dario- Bueno amigo será mejor que me vaya, ya se me hizo tarde, nos veremos otro día y no dejes de llamarme, esta bien, le respondió Dario; lo despidió a la salida de su apartamento y se estrecharon sus manos con un hasta pronto.
  Dario ya de regreso en su apartamento, tomo las paginas amarillas y busco la palabra psicólogo, encontró una clínica muy cerca donde el vivía, tomó el teléfono, marcó el número con el sonido característico de los teclados, espero unos segundos que la llamada entrara y al otro lado le contestó una amable señorita, clínica del doctor Edmundo, en que le podemos servir......