Una Vida de Decisiones

  Nuestra existencia en nuestra vida humana siempre estará llena de complejidad, más aún cuando convivimos en el ámbito social; una de nuestras facetas del diario vivir sin dudas es el mundo de las decisiones, porque entra en nuestra faceta evolutiva que siempre irá dirigida hacia adelante, las decisiones es un futuro: cercano, a mediano plazo o a largo plazo.

 Hay muchas clases de decisiones, algunas las podemos calificar de triviales, como por ejemplo decidir: lavarnos los dientes, bañarnos, comer un alimento específico, vestirnos con una clase específica de ropa, comprar nuestros alimentos, a que horas levantarse por la mañana, hacer deportes, salir de paseo, hacer una llamada telefónica, salir a comer, etcétera. Otras importantes como hacer muchas decisiones en tú lugar de trabajo, celebrar un cumpleaños o aniversario, compartir tú tiempo con tú familia o amistades, hacer arreglos o decorar tú casa o apartamento, asistir a un evento, etcétera. Otra buena parte que pueden ser transcendentales en tú vida personal, social o profesional, como: inscribirte en la Universidad, aprender un idioma diferente, un noviazgo, contraer nupcias, aplicar para un nuevo trabajo, tener hijos, comprar una casa, ir a vivir a otro país, etcétera.

  Son innumerables las decisiones que tomamos en un sólo día y sin contar la que ya has tomado en lo que llevas de vida; algunas veces nos arrepentimos por haber tomado malas decisiones, ya sea por: ignorancia, por confiar demasiado, por esperar mucho de otra persona, por ser tan ingenuo, por arrogante, buscar dinero fácil, por actuar con irá, por no escuchar consejos de las personas que te aman, falta de experiencia, por orgullo y en muchas ocasiones a prueba y error. Pero también algunas veces serán las mejores decisiones que has podido tomar en tú vida.

  Muchos pensamos que las decisiones que nosotros consideramos las más importantes son las que más tenemos que enfocarnos, pero nuestra complejidad de nuestra vida no es así, en ocasiones es todo lo contrario, aveces nuestra decisión más triviales se convierten en las más transcendentales, por ejemplo: un hombre que le gustaba trotar en el desierto de Arizona y un mal día dejó una botella de agua en su carro pensando que sólo iba a correr por unos quince minutos, se perdió por dos días e hizo cosas inimaginables para sobrevivir, por suerte lo encontraron con vida, otras personas no tienen ésa misma suerte: una ropa adecuada para ir a una entrevista de trabajo es muy importante, ir mal vestido te resta puntos a la hora que decidan a quien darle el trabajo; comprar alimentos adecuado para tú salud también es muy importante; un hombre que rara vez se hacía aseo bucal, sus dientes creo bacterias mortífera e ingirió con su saliva una parte de ella que le ocasionó la muerte, dejando a su esposa viuda y tres hijos en la orfandad; amistades peligrosas que te puede llevar a un laberinto de locura, que muchas veces no encuentras la salida; decidir llevar una vida delincuencial o prostitución, que irás a para: al hospital, cárcel o la tumba; decidir tener un amante que casi siempre termina en divorcio o asesinatos, llevando al borde del precipicio a todo un hogar; un mal noviazgo; una noche de copas, que algunas veces termina en embarazos no deseados o violación; un aborto, etc. Un claro ejemplo también son aquellas personas que viven en lugares inhóspito alejado de la civilización, ellos saben muy bien que una mala decisión por muy triviales que sean, es la diferencia entre la vida y la muerte.

  Siempre hay que estar alerta sobre nuestras propias decisiones, todas son importantes porque nos pueden cambiar la vida para siempre, sea para bien o para mal; no podemos vivir sin las decisiones porque es nuestro futuro próximo y nuestra naturaleza humana es fluidez constante; pero de tí depende que tus decisiones sean acertadas o no.