Julio Penas (Capitulo 5)

 $100.00 por semana? Estás loco? Con ese salario te mueres de hambre si te llego a quitar mí amparo!! Con razón te dieron ese empleo a tí, de todos los que llegaron aplicar por ese puesto de trabajo sólo tú aceptaste ganar esa miseria de sueldo!! Le gritaba su padre Gregorio; su padre en esos momentos deseaba que su hijo Julio tuviera menos edad para darle una buena paliza, talvez así se le quitaba lo idiota, pero en el fondo sabía que eran errores por falta de experiencia y tenía que dejar que su hijo aprendiera en bases a esos errores, era algo que estaba fuera de sus manos. Por otra parte su esposa se quejaba por tratar tan severamente a su hijo Julio - No trastes así a Julio, acaso tú nunca hicisteis idioteces cuando eras joven? Decía su madre - por favor mamá no me defiendas tanto, odio que me llamen idiota, pero si mi madre y padre me tratan de idiota ya es el colmo, decía Julio muy enojado - perdón hijo, es que tú padre me saca de mis casillas, pero no te quise ofender mí hijo - Ya está bien!! Gritaba el padre, que sólo trabaje unos par de meses y después que busque empleo nuevamente, esos empresarios son unos explotadores y abusivos, se aprovechan de la necesidad del pueblo para hacer los que les vengan en gana, decía el padre.

  Julio se fue a su habitación sin cenar, era deprimente la vida del proletariado, pensó que había manejado la situación en la entrevista del empleo, pensaba que decir un poco de mentiras en la entrevista con lo que él pensó que era la pregunta más importante del entrevistador, pero no fue así, la pregunta clave era el salario; pensaba que su vida era todo un laberinto que en cada esquina siempre habrá alguien para aprovechar de su ingenuidad; pero dejó eso pasar por el momento, quería saber de lo que se trataba su nueva vida, la vida del proletariado.

  Estaba en la oficina puntual para empezar su nuevo empleo, Julio era un manojo de nervios, se sentía más huraño que nunca en su vida, no quería hablar con sus nuevos compañeros de trabajo sólo que fuera necesario, pero puntual y preciso; Julio no se daba cuenta que su nueva vida de adultez lo iba a cambiar para siempre, no sólo físicamente sino mentalmente también, iba dejando poco a poco aquella mentalidad de adolescencia que normalmente nos pasa a todos, aquella transición tan difícil y compleja a la vez, que muchos se pierden de dirección, si es que la hay, para ubicarse cuál será tu papel dentro de la sociedad misma o lo peor, te harán pedazos si es necesario ya sean para alcanzar propósitos particulares, o lo harán si interfieren en aquellos propósitos tan egoístas y sin ningún sentido humano. Su nuevo jefe llegó por él para mostrarle su lugar de trabajo, caminando sobre el pasillo miraba a Julio de reojo ya que él iba adelante de Julio - Usted no viene vestido adecuadamente Julio? No se permite ropa casual aquí, es una empresa de mucho prestigio, así que porque hoy es su primer día se lo permitiré, pero mañana tiene que venir adecuadamente, entendió? Preguntó el jefe - apenas llevaba los primeros minutos de trabajo y su nuevo jefe lo reprendía, era decepcionante para Julio, le quería responder con furia: para lo que me pagas imbécil!! o en este trabajo ningún cliente me verá en persona ni por vídeo, sólo será un maldito Chat!! Y a que cliente le importará mi apariencia? Pero Julio se volvió a callar y con la cabeza agachada respondía en voz baja: si señor.. tenía miedo que lo despidieran en su primer empleo, no era por el salario, era por su récord como proletariado.