Seis meses después... (Esta parte esta basada en hechos reales, que sucedieron en los años setenta, California USA). Jerry estaba en posición fetal escondido en un callejón oscuro, húmedo y mal oliente, sabía que sólo era cuestión de minutos para que dieran con su paradero, pero Jerry ya no tenía la fuerza ni la voluntad de seguir huyendo de eso sicarios; su corazón le latía en su pecho como si se le quisiera salir a pedir auxilio, había ido a pedir ayuda a la policía pero simplemente no le hicieron caso, era su palabra contra la del gurú y como era un líder religioso su palabra tenía más peso que la suya; Jerry empezó a recordar como había asesinado a su amigo tan vilmente los sicarios del gurú, estaba rezando su mantra dentro del automóvil cuando de sorpresa se acercó sigilosamente ése maldito ex convicto que se había convertido a los Hare Krishna, le disparó a quemarropa sin darle la oportunidad de defenderse. Los problemas había surgido un tiempo atrás cuando le empezó a cuestionar a su gurú porque a los de sus seguidores les exigía que vivieran en extrema pobreza formando un grupo de indigentes en un previo que carecía de lo más elemental para cualquier persona, y ellos como líderes vivían en sus lujosos templos que le proveían hasta de lo más mundanos; al gurú no le gusto que le argumentarán, casó a la esposa de su amigo con otro hombre, porque decía que su antiguo esposo se trataba de revelar contra su congregación, ella como una fiel seguidora aceptó su nuevo esposo y se fue a vivir a su lado; el amigo de Jerry no pudo más con tanta humillación y tomó sus dos hijos para irse muy lejos de ahí, sabía que todo eso era una mal influencia para sus hijos, una cosa llevó a la otra y su amigo fue asesinado por las mismas personas de su congregación; ahora Jerry estaba en callejón sin salida, él como su amigo quería renunciar a ese movimiento, pero eligió un mal día y un mal momento, cuando fue a buscar al gurú en su despacho privado pudo ver por casualidad como estaban violando sexualmente a unos menores de edad esos líderes religiosos, ellos se percataron de la presencia de Jerry, pero su primera reacción fue huir del lugar y como era de esperarse le dieron persecución, era un testigo clave contra ellos.
Jerry muy agazapado y con mucho temor escuchó como algunos personas se acercaba dónde él estaba escondido, Jerry no quería ni respirar para no ser descubierto, los pasos se dejaron de escuchar, de inmediato vio un enorme cañón de un arma que le apuntaba en dirección de su rostro, esos ojos inyectado de ira y odio, Jerry se hizo la idea que había llegado a sus últimos segundos de vida, el sicario vestido de una túnica naranja muy sencilla, cabeza rapada y listo su dedo sobre el gatillo del arma, cuando iba a disparar se escucharon dos explosiones muy fuertes en el mismo lugar donde se encontraba, el sicario abrió sus dos brazos y alzó sus ojos al cielo estrellado, en su mirada se adivinaba su desconcierto y su trágico final.....
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