La Taberna (Capítulo #3, Final).

  El Ángel de lo singular al verme en aquel estado deplorable y vergüenza, se apiado de mi, pero no en la forma que lo hacen las personas buenas, si no como lo hacen los ángeles; me sirvió otra copa de Whisky pero sin darme cuenta introdujo en la copa un líquido blanco de una diminuta botella que llevaba debajo de la manga; era un líquido sin sabor ni olor, sus enormes efectos los empecé a sentir a los pocos segundos; empecé a escuchar la oratoria de aquel ángel singular, cosa que para mi era muy extraño esa postura de sumisión total; lo único que puedo recordar es cuando me confesó que él era autor de aquella columna llenas de falsedades titulada "Muertes Insólitas", me daba las explicaciones de su editorial, como algo inusual en mí, le creí todas sus mentiras, una a una, sin objeción; y por vez primera, miraba al ángel singular con alas y guapo. Estaba tan calmado y un poco adormilado, me explicaba que su misión aquí era provocar "accidentes singulares" y a la vez ser el redentor de ellos, para asombrar continuamente a los escépticos. Después el ángel de lo singular se dio cuenta de mi conducta desdeñosa para con él, así que se fue furioso de la taberna, pero antes de desaparecer de la entrada principal del establecimiento, alzó su brazo derecho mostrando su dedo del medio en forma enérgica y con furia me gritaba groserías y maldiciones. 
 Su partida fue un gran alivio para mi, así en mi estado de relajación y de modorra, decidí dormir por unos minutos, recostando mi cabeza sobre la pared del establecimiento; mis sueños fueron muchos, extraños, insólitos y singulares; en todos mis sueños estaba el ángel, provocando acontecimientos y a la misma vez solucionandolos, en mi sueño me gritaba:
 - ¡Entonces! ¿Crees por fin? - inquirio - ¿Crees por fin el posibilidad de lo extraño?
 - sin hablar, asentí con la cabeza
 - ¡Y crees en mi! ¿que soy el ángel de los singular?  
 - asentí otra vez 
 - ¡entonces! ¿reconoce que tu eres un ignorante estupido?
 - una vez mas dije que si
 - bueno, entonce junte sus palmas de sus manos, poniéndola en lo alto en señal de sumisión y empiece adorar al ángel de lo singular....