La Taberna (Capítulo #1).

  Me cuesta confesar que ese día me sentía solo, tomé una copa y le llene de whisky hasta el borde... cuando tomé el primer sorbo de mi copa, sentía como una corriente de fuego desciende por mi garganta hasta llegar a mi estomago, como cosa de magia llegó como un golpe a mi cerebro y me sentí embotado, supongo que debido a la corriente sanguínea llegó con ligereza el alcohol a mi cerebro, así de rápido como llega la estupidez a la mente, tal vez por eso la semejanza estan mutua; miraba a mi alrededor las cuatro paredes de mi cuarto y un triste cuadro en la pared donde entraba mi diminuto cielo; en esos momentos me sentía mas solo que nunca, así que dispuse salir hacia la taberna mas cercana, sentía la necesidad de interactuar socialmente... al menos con alcohólicos empedernidos, pero yo soy precavido en el beber, considerando que demasiado Whisky ni guarda secretos ni cumple palabra.
 Allí estaba yo, en la taberna con aquellas almas desconocidas, desocupadas y frustradas; sobre la barra había un periódico, empecé a hojear desesperadamente, como queriendo encontrar un sentido a mi vida; después de hojear un rato, una columna editorial obtuvo mi atención "Muertes Insólitas", se trataba de un persona de 65 años de edad, había muerto de un fulminante ataque al corazón en el momento exacto del clímax sexual; Esto es ridículo! - exclame - es una despreciable mentira, un triste engaño, la culminación de un redactor de tercera, la invención de un pobre frustrado, de un pobre cronista de aventuras en el mundo de las mentiras de nuestro actual presidente; individuos tales sabedores de la extravagante credulidad de nuestra época, aplican su ingenio a fabricar cosas imposibles y absurdas, denominándola "Muertes Insólitas".
 Por mi parte estoy dispuesto a no creer de ahora en adelante nada que tenga alguna apariencia similar - Señor! el estúpido es usted, verdaderamente! - Pronunció una de las mas notables voces de ese lugar insalubre - en primer momento sentí que me zumbaba mis oídos, cayendo en cuenta que estaba pensando en voz alta; pero esa voz era peculiar, su resonancia era añeja y pendenciera, como es típico entre los súbditos del dios Baco; por lo normal no soy pendenciero, pero las pocos copas de Whisky que había saboreado, me dieron el valor suficiente para sentir coraje por aquella voz tan molesta; crucé mi mirada sobre toda la Taberna con paciencia y sigilo, queriendo identificar a ese pendenciero... Humf! - continuó la voz, mientras seguía yo mirando - Debe de estar mas borracho que un cerdo, si no me ve sentado a su derecha! - Eso me indujo a mirar inmediatamente delante de mis narices, y en efecto, allí estaba! era un estrambótico personaje, de lo mas peculiar, grasiento de rostro por la humedad de aquel lugar y los tragos, de aliento añejo y de tono grosero como su temperamento malhumorado - Digo - repito: que debe de estar mas borracho que un cerdo para no verme sentado a su lado, y agregó también: que debe de ser estúpido como un gusano, para no creer lo que está impreso en el periódico, es verdad! cada palabra impresa es verdad!
 - Quién es usted, si se puede saber? - pregunte con mucha dignidad, aunque un tanto perplejo - Como a entrado a esta Taberna? - Y que significa sus palabras? 
 - Como he entrado aquí no es asunto suyo, en cuanto a mis palabras, yo hablo de lo que me da la gana, y se lo digo de frente precisamente para que sepa quien soy....