La Estrella Del Oeste (Monólogo)

 Era a mediado de Otoño, en medio de la noche fría y ventosa; caminando sin un rumbo fijo tan solo pensando en los sinsabores de la vida y las penas que mas afligen; las estrellas marchaban en su habitual órbita; algunas tienen luz propia, otras se adueñan de la luz ajena, pero todas quieren resplandecer y ser tomada en cuenta - ¿Será por eso la desesperación? - Yo contemplaba con triste sonrisa a todas por igual; pero en esa triste y fría noche, vino a pasar una nube oscura sobre el firmamento nocturno, y en frente de mi, semejante a un sudario, me quede con la mirada atónita. Y fue entonces qué me volví hacia ti; ¡La Estrella Del Oeste! 
 - Orgullosa por su gran gloria, pero a la misma vez ajena..
 - ¡Magnánima! Por hacer de la pobreza una virtud, donde la vulnerabilidad es una herida abierta, un manjar para todos los males y pestes; donde la ironía se cierne en los hechos de los hombres mismos y por el cual no son cosas de Dioses.
 - ¡Verdadera y Justa! ¡Estrella Del Oeste! Por alentar lo abominable: la esclavitud; Y perpetuar la obediencia: el servilismo; frutos venenosos de la humanidad.
 Estrella Del Oeste, lo que me traes es una magnificencia a través del cielo nocturno, ¡es alegría a mi corazón! pero yo prefiero la discreción, y alejado tu resplandor a esa llama cercana, pero a la vez fría.  
 -  ¿me importará si mi vida terrestre no se cierne en mi mismo, mas que aquella pequeña luz ajena? 
 -  ¿me importará si años de amor son olvidados, por una reflejo de luz ajena?
¡Estrella Del Oeste! No lloro en forma alguna porque los desolados sean mas dichosos que yo, por ese pequeño reflejo de luz ajena, sino porque veo que os afligís y desesperáis con locura, por la suerte de unos transeúntes sobre la tierra....  
 Pero lo mas triste mi Estrella Del Oeste, que en la espesura del bosque, con su profundidad abismal, en las cuales veo en mis sueños los mas traviesos pájaros cantores, todas sus melodías son creadas por sus mismos traviesos picos...       
 ¡Oh, Mi Dios! no creado de mentes humanas; ¡Sobre mi espíritu fúnebre! ¡los humanos son capaces de tanta locura! ¡Pero yo seré mi propia luz divina!