El Monólogo De Un Despreciable

  El día mas feliz, la hora mas dichosa, los ha conocido mi corazón agotado y marchito; siento que ha desaparecido ya mi mas altas esperanzas de orgullo y poderío.. ¿He dicho de poderío? ¡Ja! ¡Si! pero desde hace largo tiempo; Oh, memoria ¡enemiga mortal de mi descanso! Que desde mi juventud tenía grandes sueños de grandeza, dominio hacia otros y sobretodo ¡Soberbia!... pero ¡dejémosle que se desvanezcan! No me daba cuenta que la virtud es perseguida continuamente por las malas personas para destruirla, pero es acogida y amada por las buenas personas.
 ¿Y mi Orgullo? ¿Qué haré de ti ahora? ¡Otra mente puede bien heredar el veneno que me has dado! Por lo menos mi espíritu permanecerá tranquilo; Porque esa que muchos la llaman "Fortuna" es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo ¡ciega! así no ve lo que hace, ni sabe a quien derriba.
 El día mas hermoso, la hora mas feliz que mis ojos hayan visto y hayan podido ver jamás, mi mas brillante mirada de orgullo y poderío; todo eso ha existido pero ya no existe, lo siento.. Y si esa esperanza de orgullo y de poderío me fuera ofrecida ahora, acompañada de un dolor semejante al que experimento, ¡no quisiera revivir esa hora brillante! Porque bajo su ala lleva una oscura mezcla de remordimientos, arrepentimientos y soledad; ¡déjala caer esa amarga esencia todopoderosa sobre los mortales! ¡Oh, dioses!  para que ellos conozcan que es no tener conciencia, ¡Que consuman sus mentes y sus almas! como aquella ¡alma mía! que tan bien la conocía...