El Ermitaño (Capítulo #4)

 

Un mes después...... Adán escuchaba y sentía el crujir de la nieve al pisarla cada vez que caminaba, sus pasos eran lentos e inseguro a causa de la nieve, que era lo normal para los seres humanos como Adán, no saber nada en absoluto de lo que había en el piso y ese secreto estaba cubierto por la nieve, era simplemente aterrador; al igual como pasa en la maldita sociedad humana.. o mejor dicho: una sociedad basada en mentiras.... pensó Adán  para sus adentros. Pero conforme iba avanzando le dificultaba respirar por la altitud del terreno y el frío intenso que el calor corporal de Adán hacia todo lo posible para calentar el aire frío del Ártico para poder pasar en los pulmones de Adán y así oxigenar su sangre que en definitiva era lo mas importante para Adan; caminaba sin parar al igual que su respirar, era cosa de sobrevivencia, tenía que llegar donde había dejado las trampas para cazar castores, que si tenía todo a su favor encontraría castores atrapados, su carne era un manjar que no cualquiera se podía dar el lujo de comerla, y su piel era una de las mejores cotizadas en la industria de la talabartería; pensando en su sobrevivencia se le venía en su memoria las vivencia de su pasado que cada vez era mas remoto, sus recuerdos eran como una adición para su mente, aunque los quisiera borrar de su memoria para siempre, simplemente no podía, era paradójico, porque ya no los necesitaba, pero sus recuerdos lo necesitaban a él, porque los recuerdos no sobreviven sin Adán, estaban en la misma posición, cuestión de sobrevivencia..... al fin Adán llegó donde estaba las trampas, el río no era muy profundo, estaba semi-congelado, así que desde la orilla pudo tomar la primera trampa que estaba firmemente sujeta a un pequeño árbol, al tirar la cuerda de la trampa sintió algo que estaba en el otro extremo que se rehusaba salir, Adán se sintió feliz y optimista; con fuerza y rapidez lo sacó del agua fría, su alegría era notoria, sobre la nieve miro el castor ya sin vida y con la trampa enrollada sobre el cuello del animal, en esos instante su sonrisa se desvaneció de inmediato y su optimismo cayó dentro de una profunda depresión; al ver esa trampa sujeta del cuello del animal sin vida, se le vinieron los recuerdo de esa maldita guerra de la cual participó; poner trampas para asesinar por un maldito idealismo! Somos una maldita sociedad llenas de trampas! gritaba llorando, somos peores que animales, ahora vengo aquí para ser la misma basura que hacemos los humanos, hoy es por hambre! no importa! siempre habrá un pretexto, porque somos la peor basura de la creación!! Adán se tiró sobre la capa blanca de nieve; llorando, gritando y pidiendo perdón a las demás criaturas del planeta, por ser lo que son.....