Déjà vu (Capitulo #6)

Patricia estaba tomando unos tragos con el productor que la había invitado al bar, con el calor de los tragos las palabras se hacía sueltas, refrescando la memoria de lo acontecido pero no así la razón; ambos: productor y actriz divagaban de lo que sería su próximo futuro a mediano y largo plazo, producto de las bebidas espiritistas llamado licor; en esos momentos uno de los meseros se acercó en la mesita de la esquina donde se encontraba Patricia y el productor, el mesero alzó un copa de cristal para Patricia conteniendo un mezcla de licor al estilo tropical, Patricia admirada negándose le dijo al mesero con una sonrisa de vergüenza: Perdón, pero yo no pedí este trago - Lo se, es el caballero del otro extremo que se lo envía de cortesía, le decía el mesero con todo respeto y señalando con su dedo índice y girando su rostro con una sonrisa cordial donde se encontraba ese generoso caballero - Patricia se quedó sorprendida sin saber si aceptar la copa o no, pero en cuestión de segundos se dijo a sí misma que no tenía nada que perder, solo era un hombre cortejando, así que tomó la copa y la alzó en dirección del caballero y con una sonrisa de coqueteo le dio las gracias moviendo sus sensuales labios; el productor al ver toda esa escena muy apenado se levantó de su asiento y con media sonrisa nerviosa le dijo a Patricia que la vería dentro de dos días para continuar en los proyectos, ella se avergonzó también por lo acontecido y le decía que se quedara, pero el productor sabía que en esos momentos era un impertinente, así que dio por terminado la invitación con el pretexto que era ya muy tarde, Patricia no tuvo otra opción que aceptar; allí estaba ella sola tomando el trago de cortesía, esperando al pretendiente de un momento a otro, pero no espero mucho cuando él llegó -  la puedo acompañar señorita? dijo el caballero - Patricia nunca se había sentido tan halagada en su vida, y menos por un perfecto desconocido, no lo pensó dos veces para dejarlo pasar en su vida e ir conociendo los sentimientos mas puros que ella tenía, por otro lado el caballero se miraba moralmente solvente, de sonrisa sincera y palabras ligeras; se mostraba ante Patricia con un hombre de negocios del espectáculo, con muchos años de experiencia, que si se lo restaba a lo que llevaba de vida en este mundo, sería una persona de negocios precoz; le hablaba de muchos proyectos en el Continente Asiático, que era el centro de sus operaciones, a la misma vez halagando a Patricia y animandola para llevarla a Japón, con un jugoso contrato que solo un necio se podría negar, todo parecía tan bueno y en menos de dos horas, que era como un cuento de hadas para Patrcia, pero sin ser así, ella aceptó ese contrato, que por supuesto, solo fue de palabra; pero el caballero había acertado nuevamente con otra bella chica, en poco tiempo se daba cuenta de la vulnerabilidad de Patricia, su ingenuidad y sus ansias de triunfar en el mundo del espectáculo; todo era como tejer una enorme telaraña, solo era cuestión de esperar que la presa cayera.