El Monólogo De Una Inocencia Huérfana

Nunca tuve un nombre ni un apellido, así que me puedes llamar como quieras, pero búscame un nombre bonito, el que más te guste. Muchas personas sólo me llaman por un pronombre “La Huérfana” pero su designación contrae mucha soledad; y desde siempre he detestado la soledad.

 Todas las noches me pregunto: ¿Que se sentira tener un padre y una madre? ¿Que se sentirá ser protegido por aquellos que te aman? Tener un padre y una madre ¿es cosa de suerte? o tan solo ¿es una burla de la vida misma? ¿Que es el amor de tus progenitores ? ¿Tendré algun dia un padre y una madre? - Como sea, a mi toco crecer, cuidarme y defenderme sola; tan solo bajo el amparo de mis instintos que cada vez son más receptivos y selectivos; mis experiencias están basada en mis errores y mi ingenuidad, que serán la base de mi futuro; un futuro nada alentador por cierto, pero es lo único que hay y no puedo pedir más. Ojalá que Dios tenga una familia, porque de lo contrario se sentirá muy solo y triste; una vida que cada día la tienes que reevaluar, para convencerte a ti mismo que vale la pena vivirla. Pero lo que me hace luchar día con día es el sueño que algún día tendré mi propio hogar; toda mi fe y esperanzas la tengo depositada en ese sueño; perdona mi Dios por no depositarla en ti, pero hoy me doy cuenta que lo celestial nunca concuerda con lo terrenal, ni creo que mi nombre aparezca en el libro de la vida, ya que hasta eso me negaron. A pesar de todo soy optimista, la vida me negó un padre y una madre, pero se que la vida se reivindicara conmigo, dándome la oportunidad de formar una bella y feliz familia; de la cual la cuidaré con mucho amor y la defenderé hasta con mi vida.