Déjà vu (Capitulo #2)

 

   Lorenzo iba en una camino rural por la noche, no sabía exactamente que hacía allí; pero de lo que estaba seguro es que era un lugar peligroso, desolado, frío y su única iluminación eran los astros nocturnos; se ajustó más su chaqueta de cuero a su cuerpo y se aferró más su sombrero en su cabeza, a pesar que era un hombre de campo, jamás había visto ese lugar donde ahora él estaba; miraba hacia atrás de él con desconfianza, pero no había nadie, pero sus pasos eran firmes y apresurados, como aquel que ansía llegar temprano a su hogar; miró a profundidad la oscuridad del cielo y de un momento a otro miraba con asombro como los astros giraban como torbellinos, como si fueran dos enormes ojos universales; sintió miedo de aquello tan inexplicable para él, pero no para los astros; casi corriendo se salió del camino rural adentrándose a la espesa grama, resbalando en una pequeña hondonada, pero para Lorenzo fue como caer en un abismo, cayó en otra clase de piso pero se levantó con rapidez; sacudiendo su vestimenta poco visible por aquella oscuridad que allí reinaba, sus ojos se guiaron en la dirección donde escuchaba las risas de unos niños, miraba entre la oscuridad una diminuta colina donde había unos juegos mecánicos, para su asombro miraba siluetas de niños jugando allí, se miraban felices sin que nadie los perturbaran en sus juegos de niños; pero le pasaba algo extraño a Lorenzo, cualquier otra persona en otro estado de conciencia podría decir que esas siluetas eran espíritus de niños, que en otras palabras podrías estar enfrente de seres que ya no pertenecen a esta dimensión; pero Lorenzo no podía razonar de esa manera porque en esos momentos era parte de esa dimensión sin él saberlo ni desearlo, solo sentía

miedo y ganas de salir a toda prisa de allí. De la nada aparecio detras de él una mujer con una bella sonrisa que jamas habia visto en su vida, pero transmitía: paz, confianza y amor; le dijo: la inocencia es un tesoro que nunca debe ser arrebatado......
  Sonó tan fuerte el despertador que a Lorenzo lo despertó de un susto y un grito ahogado, como sintiendo vergüenza de su enorme pánico; miraba por todos lados y conforme iba pasando los segundos, iba tomando conciencia que todo lo vivido solo era un mal sueño, pero así como pasaba los segundos así se iba borrando todos los episodios de ese mal sueño, tan solo quedó aquel episodio de los niños jugando en ese juego mecánico, pero ahora que había tomado conciencia pensó que a lo mejor eran espíritus de niños ya muertos. En esos momento le gritaron su nombre con voz de autoridad, eran su padre que lo llamaba para el desayuno; Lorenzo se levantó con rapidez de su cama, era momento de desayunar y después a trabajar a la granja de su familia....