Al principio Mateo inventaba sus propios sueños asegurando que eran revelaciones que Dios le mostraba, lo gritaba a viva voz que Dios se mostraba en sus sueños, pero nadie le creía y su madre ya se había preocupado por la salud mental de su hijo, pero Mateo hacía caso omiso a todas las burlas y era objetivo de muchas fuertes críticas, llegó a tal punto que él mismo se creía sus propias mentiras, había llegado a una situación bastante lamentable que no podía separar la ficción de la realidad, su propia mente le estaba jugando una mala pasada con sus propios sentimientos que muchas de las veces eran contradictorios y todo por querer sobresalir de los demás.
La Iglesia donde Mateo asistía con su familia le cerraron las puertas para él, ya que se atrevía interrumpir las homilías por dar sus propias profecías, era la vergüenza de toda su familia y su madre lloraba porque su hijo se había hecho loco, le pedía a la provincia que se amparara de su hijo y le diera cordura, ya que Mateo profetizaba hasta en los parques donde la multitud no le hacía caso - Arrepientan pecadores porque la venida de Cristo esta cerca, vendrá la gran apostasía y seremos arrebatados los pocos escogidos!!! gritaba Mateo a viva voz.
Los meses pasaban, pero en la época moderna de la que se vive, ya nadie creía en profetas y menos de un enviado de Dios por medio de sueños. A los pocos meses Mateo se dio cuenta de la indiferencia de todos y de su familia, así es que apostó todo lo que tenía por seguir dando a conocer sus revelaciones y lo que Dios le exigía según él. Un día empacó lo poco que tenía y gritando por la calle decía: se niegan escuchar los designios de Dios hombres y mujeres modernos, pero me voy donde los gentiles que serán el nuevo pueblo de Dios, donde la codicia y todas las cosas mundanas están separadas a pesar de la modernidad, ahí esperaremos la nueva venida de Cristo.
Pasaron los meses y Mateo iba en cada esquina de su país, predicando la nueva buena, pero cuando proclamaba que Dios se revelaba en sus sueños perdía todo credibilidad y nadie le hacía caso a sus predicciones; Mateo se fastidió de su propio pueblo quien lo vio nacer y resumió que nadie es profeta en su mismo tierra, así como había dicho Jesús más de dos mil años atrás. Decidió cruzar frontera para encontrar a un pueblo que creyeran en sus revelaciones; pasaron dos largos años de ir y venir en todo el Continente, pasando hambre y penurias pero con una convicción de hierro, el mismo se decía que así como Jesús había sufrido por llevar el mensaje del nuevo reino, que porque él no? Pero los años pasaban y él no tenían aún nadie que lo siguiera con su prédica y sus revelaciones.
Un buen día recordó que en una de sus prédicas, alguien se le acercó, que para Mateo era una persona bastante extraña no como se vestía o lucía físicamente, sino en su manera de mirar y el tono de su voz cuando hablaba, no tenían acento en sus palabras que era muy inusual donde se encontraba en esos momentos, pero recuerda que se le acercó y le dijo: si buscas un pueblo noble donde la modernidad llega a paso muy lento, deberías emigrar hacia el Ártico en el Polo Norte, ahí encontrarás un pequeño pueblo llamado Tanana.
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