Timoteo Pampa (Monólogo #6),

  Como olvidar aquella feria patronal, cuando estaba en mi pubertad , es cuando las hormonas tanto masculinas como femeninas están en su mejor apogeo; es cuando los que vamos en camino a la adultez nos retamos con frecuencia y en muchas ocasiones nos damos de golpes para tener el derecho de cortejar al sexo opuesto, así como hacen los animales; que al recordar, también habían peleas para cortejar a los del mismo sexo; pero como sea, era el mismo comportamiento animal salvaje de cortejo.
 Recuerdo a mi primera novia, me costó cuatro peleas, tres peleas ganadas y un empate de sus pretendientes, por suerte mía el pretendiente del empate no quiso desempatar, lo dudo que le hubiera ganado; en mis tiempos era normal pelear por pretender hacer novio de alguna chica, entre más bonita era la joven eran muchas más peleas, puesto había más pretendientes; algo así como las perlas, entre más hermosas tenía mucho más valor, después con la madurez entendí que la belleza es subjetiva.
 Se llamaba Elizabeth, fue hermosa hasta los 30 años de edad, después se convirtió en una tóxica, así como nos pasa a muchos de nosotros; pero como sea, era la mas hermosa del barrio, con esos enormes pechos que parecían cántaros de miel, eso labios de color carmesí, esas caderas como las movía con ese caminar tan coqueto, que algunas veces provocan accidentes. Recuerdo que fuimos juntos como ya novios oficiales por primera vez a la feria patronal de nuestro pueblo, y allí estaban esas malditas sillas voladoras, girando y girando como el mismo mundo, las vueltas son las

mismas. lo único diferente son los protagonistas, y vaya que protagonista que fui yo, ¡por Dios!  - ¡Subamos a las sillas voladoras! me dijo Elizabeth con una bella sonrisa en su rostro ¡Como decirle que no!, de antemano sabía que yo era un fiasco en cualquier tipos de juegos mecánicos, pero enfrente de nosotros estaba Bartolomé, un futuro pretendiente de mi novia, el mismo comportamiento animal, siempre hay alguien al acecho para robar las hembras del macho dominante; así que no podía comportarme como un cobarde enfrente mi novia, y mucho menos de ese mequetrefe, sabía que sería el hazme reír de todo el barrio; pero mas me hubiera valido comportarme como un cobarde y no hacer el ridículo que hice, ¡fue peor! - ya arriba de esas sillas voladoras, trate con todas mis fuerzas sobre humanas de no hacer, lo que hice... mi vómito fue el mas largo de la historia del pueblo, y el odio generalizado por aquellos espectadores que estaban al contorno de esa maldita máquina, sin dudas estaban en el día, la hora y el lugar equivocado; corrieron asqueado y empapado de mis líquidos gástricos, mezclado con mis alimentos a medio procesar..que para mi mayor vergüenza, mi novia y su futuro pretendiente, Bartolomé, fueron los que se llevaron la peor parte.

 Pero al siguiente día me reivindique con mi novia, fuimos otra vez a la misma feria del pueblo y entramos a la casa embrujada; mi novia gritaba como loca, yo me reía y me jactaba de mi valentía, hasta que de una jaula sale un enano disfrazado de hombre lobo 🐺 metiendo su diminuta mano en medio de la minifalda de mi novia, exactamente en medio de sus piernas, el brinco y el grito de mi novia fue descomunal; en cuestión de segundos toda mi sangre hirvió y subió hasta mi cabeza, el color de mi rostro era rojo así como el diablo 👹 mi primera reacción fue una descomunal pata al diminuto hombre lobo 🐺 no había forma de darme a puñetazos con él 🤷🏻‍♂️ así lo fui siguiendo con patadas limpias hasta su huida al refugio de su jaula. Salimos de la casa embrujada y mi ex-novia salió muy enfadada conmigo de allí, al punto que terminó conmigo, fue entonces que me hice por primera vez la pregunta que todos los hombres nos hemos hecho a lo largo de nuestra historia ¿Quien entiende a las mujeres? 🤷🏻‍♂️