Timoteo Pampa (Monólogo #4).

   Fue un entierro prematuro, ósea que a alguien se le ocurrió mandarlo a la otra vida antes de que su tiempo finalizara en esta vida; es irónico pensar que para tener paz, tranquilidad y sobre todo felicidad, hay que asesinar algún individuo; cuesta pensarlo pero eso es así, al menos en el caso de ese infeliz de Pablo. Lo recuerdo muy bien, su vida delictiva empezó como un simple y vulgar ladrón; le gustaba el dinero fácil y una vida al límite y al filo de la navaja; le dio rienda suelta a su maldad, gustándole aquel juego de dominio absoluto por medio de la intimidación, un vulgar asesino a sangre fría y un violador sexual; reclutó jóvenes del mismo barrio para envenenar sus mentes y perpetuar el dominio; y sumisión a las personas de bien; dando paso mas a sus retorcidas mentes y formando así las temibles pandillas de los barrios. La personas del barrio se preguntaban asombrados: ¿ Donde están las almas de estos jóvenes ? pero los testimonios de las personas afectadas eran cada vez mas espeluznantes; pero nada parecido a los que a ellos les ocurriría en su futuro muy cercano.....
 Para ese entonces en el barrio vivía Jonás , yo desde la primera vez que lo conocí, siempre se me formuló en mi mente que Jonás era una persona oscura de mente retorcida, pues le gustaba el “Black Metal” y vestía siempre de negro, con facha como si un espíritu maligno se hubiera escapado del mismo infierno; me daba mucho mas miedo Jonás que las mismas pandillas de los barrios, ¡no era para menos! es muy difícil de describirlo, era un ser con una mente malvada y siniestra, pero a la misma vez era buena persona, me preguntaba a mi mismo ¿¡Pero Que Mierda Es Eso!? ¿Una persona siniestra con muy mala vibra, pero a la vez muy buena persona? osea, nunca le haría daño a las personas de bien, eso si lo puedo asegurar, siempre estuvo en el lado de los buenas personas, ¡pero a la vez era malo! Simplemente Jonás era un ser indescriptible - Siempre decía que su mejor fantasia (que tenia muchas heeee....) era enterrar vivas a las personas, ¡entonces se dio la oportunidad! ósea a los pandilleros, que mejores víctimas que esos desgraciados sin almas propias; para que Jonás llevaría a cabo su mas horripilante fantasia; nadie de los hombres del barrio puso objeción, concluimos que si para terminar con esos malhechores era necesario dejarlo en manos de Jonás, pues así se haría. Cuesta aceptar qué hay personas que no merecieron vivir, al menos no como un ser humano. 
  Recuerdo la mirada de horror de esos pandilleros cuando estaban en sus mortajas y a punto de ser enterrados vivos en una fosa clandestina, pero Jonás se enojaba mucho cuando nos referíamos al hoyo como fosa clandestina, él nos gritaba que era una ¡fosa séptica! y por supuesto no lo contradecimos; los pandilleros nos querían decir algo, se les miraba muy desesperado, más aún cuando movían sus enloquecidos ojos en todas direcciones con tal frenesíes que sus párpados se abrían a su máxima expresión; ¡Y Jonás! ¡Y Jonás! Con su mirada de deleite y su sonrisa siniestra,  daba un impresión en su rostro de un verdadero psicópata, pero a la vez parecía como un niño con juguete nuevo. Me atrevería decir que a los pandilleros se les notaba un poco de arrepentimiento en sus mortajas, pero quien sabe, nunca lo supimos porque sus mortajas llegaban arriba de sus bocas, unas verdaderas momias en pleno siglo XXI.
 Cuatro años después, vendieron ese mismo terreno donde estaba la fosa séptica... perdón, la fosa clandestina, para ser un nuevo barrio, los trabajadores de esa compañía constructora se llevaron una horrible sorpresa cuando descubrieron la fosa… los noticieros de televisión y periódicos afirmaban que habían un descubrimiento antiguo, momias precolombinas en muy mal estado, irónico no? Más aún cuando los Mayas no sabían nada de momificación.