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Novato de la literatura y de la vida...

April 25, 2016

El Ángel de la Muerte (Tercera Parte)


Nicolás sin dudas era un ser místico, el ser humano que antes fue había dejado de existir; tenía poderes mentales como físicos tambien y sabían muchos secretos del otro mundo sin saber como los había obtenido, sabía como dirigirse en esa vida tan diferente, llena de misterios y seres que al parecer eran sacado en una película de horror; Nicolás estaba consciente de todo lo que le había pasado, lo que le extrañaba era que hoy era poco tolerante, sin saberlo hoy era un alma en pena también como todas aquellas almas en pena que trató ayudar cuando él vivía en ese cementerio, pero su odio a todas aquellas personas que tienen repudio contra su misma naturaleza humana y les hace un gran daño como la manera de vengarse por ser lo que son, hicieron de Nicolás un ser vengativo, su objetivo consistía en eliminar a todos ellos en cuerpo y alma, para que no quede ningún vestigio de ellos. Pero a pesar de todo era una alma en pena excepcional con poder y potestad en la vida terrenal y espiritual, no sabía quién le dio ese poder y libre proceder, tal vez Dios? Se preguntaba, pero a la misma vez se respondía: Sí nunca lo he visto... Se tomaba y miraba sus dos grandes alas metálicas, preguntándose: Seré un Ángel? Pero nunca he sabido de un Ángel como yo, en la vida terrenal se tiene otro concepto de ángeles, pensaba Nicolás.
  El Ángel de la Muerte abrió sus dos enormes alas y alzó vuelo, alejándose del territorio de los que se embarcan las almas malditas para su eterno castigo; en todo lo alto como si su destino fuera el Universo, alzó sus dos grandes brazos empuñando sus dos manos y giraba como un remolino a toda velocidad, se abrió un bóveda en el cielo en forma de circunferencia, entrando allí como si el tiempo lo succionara; Nicolás iba a toda velocidad dentro de una espiral que destellaba muchas estrellas del infinito, miraba por los lados cientos de compuertas que daba a muchos lugares del tiempo humano, pasado, presente y futuro, desvió su curso a una de ellas...
  Nicolás entró de nuevo a la vida terrenal, abriendo el portal de la nada y salía de allí estrepitosamente, las aves alzaban su vuelo como la premonición de lo que se venía; 1,888 Whitechapel Londres.... Nicolás iba caminando en esos callejones oscuros y empedrados, era una fría noche pero con cielo despejado, se ajustó más su gabardina que lo protegía del frío, se acomodó su sobre de alas anchas y miró hacia arriba en el cielo, era una hermosa luna llena, paró en la esquina de esas callejuelas, de su bolsillo sacó un cigarrillo y lo prendió con un fósforo, le daba profundas caladas a su cigarrillo, sacando el humo con placer de su boca, decía para sí mismo: vaya, como extrañaba estos placeres mundanos.. lo decía viendo a su cigarrillo y dándole más caladas; Nicolás siguió caminando en la oscuridad de la noche, en ocasiones en su trayectoria le salían a su encuentro prostitutas, de la oscuridad de los callejones para ofrecerles sus viejos servicios sexuales, pero las prostitutas se asustaban de inmediato cuando miraban los ojos de Nicolás, ya que eran negros en su totalidad, carecía de retina, haciendo su mirada más profunda y temible, pero a Nicolás no le importaba nada de esos servicios, había llegado a esa dimensión con un sólo propósito..... Nicolás entró a una de esas cantinas maloliente, sucia y de muy mala reputación; los pocos presentes que estaban allí se le quedaron mirando, ya que a simple vista era un perfecto desconocido, se acercó a la barra donde estaba el cantinero, le tiró una moneda sobre la mesa sin decir ni una palabra, el cantinero con desconfianza la tomó, y llenó un diminuto vaso de licor que tenía enfrente de él ya listo para el próximo cliente que llegará, con dos dedos de su mano derecha lo deslizó hasta donde estaba Nicolás sin quitarle la mirada, con voz vacilante le dijo a Nicolás: forastero, aquí no queremos problemas... Nicolás se bebió el licor de un solo golpe sin mirar al cantinero, mientras el licor iba bajando en su cuerpo semihumano sentía más furia y menos tolerante que de costumbre, miró de reojo en una de las esquina del establecimiento, lo estaba mirando un hombre sentado en una de las mesas estaba solo con una botella de licor, pero cuando se percató que Nicolás le puso toda su atención, el hombre escuchó otra vez esas voces que siempre le hablaban desde que era un niño, le decía ahora: ese es el ángel que te había hablado, vete de aquí!!!! el hombre se levantó de su asiento muy asustado sin mirar a nadie tomó su gabardina para salir del maloliente cantina, pero cuando se disponía a salir, Nicolás ya estaba en su mesa y le ordenaba al hombre: vuélvete a sentar, que no sabes que es de mala educación dejar solo a un invitado? - El hombre muy nervioso le decía: no te conozco forastero - Como te llamas? preguntaba Nicolás - Mi nombre es Jack, respondió el hombre - Yo soy Nicolas, y hoy ya nos conocemos.... 

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