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Novato de la literatura y de la vida...

April 27, 2016

El Ángel de la Muerte (Cuarta Parte)

 
Jack se sentaba de nuevo con mucha cautela sin quitarle la mirada a Nicolás - Bueno Jack, no vas a invitar a un trago a tú invitado? No me digas que eres mal anfitrión, le decía Nicolás extendiendo el diminuto vaso a Jack - Jack sujetó la botella de licor y se dispuso a llenar la copa de Nicolás; Nicolás por su parte miraba como le temblaba la mano a Jack; Jack al observar bien los ojos de Nicolás ya que lo tenía bastante cerca de él, se dio cuenta que todos sus ojos eran de color negro, sin pupilas alguna, muy nervioso derramó el licor fuera de la copa de Nicolás, mojando algunos dedos de la mano de Nicolás, Jack atemorizado le dijo: tú no eres de este mundo - Quien te lo dijo? La voz que te habla y la que tú sólo escuchas? Preguntaba Nicolás - de inmediato Jack empuñó la daga que tenía en el interior de su gabardina pero sin sacarla - Vamos maldito bastardo has más fácil tú desenlace, le decía Nicolás empuñado sus labios por su furia; en esos momentos detrás de la espalda de Nicolás se abría una compuerta de otra dimensión sin que él se diera cuenta, de allí salieron unas horribles manos huesudas con garras que sujetaron los hombros de Nicolás, haciéndolo succionar a esa dimensión desconocida.
  El Ángel de la Muerte iba girando en un horrible torbellino de sombras y tempestad, de esas tinieblas salió una afilada guadaña a toda velocidad que Nicolás a penas pudo ver la, se inclinó su cuerpo de Ángel hacía atrás para esquivar el mortífero golpe, pasándole a unos centímetros de su
rostro, pero con el mismo impulso ya había sacado su espada haciendo un golpe certero a la guadaña que hizo sacar fuego de ella, la mano huesuda tras el mortífero impacto soltó su arma perdiéndose en el torbellino; Nicolás extendiendo sus alas y con su espada fue detrás de ese horrible espectro, hizo girar todo su cuerpo a toda velocidad con la ayuda de sus enormes alas, abriendo otra dimensión y succionando con él al espectro. Cayeron en un sombrío lugar con mucha tempestad, El Ángel de la Muerte estaba enfrente de ese ser mitológico que algunas personas le adoran y creen en él como el único ser maléfico que le pone fin a todos los mortales; estaba con el típico traje negro con capucha, su guadaña muy bien afilada y detrás de él, el único árbol existente de ese lugar; Nicolás guardó sus enormes alas detrás de su espalda, empuñando su pesada espada con sus dos manos, la alzó enfrente de aquella que los mortales le llaman La Muerte, con voz desafiante Nicolás le dijo: pensaba que sólo eras un mito de los seres humanos, pero ya que eres real no queda más que decirte que en esta empresa no podemos existir dos, aquí alguien sobra y ese eres tú - Quien eres tú para hablarme y amenazarme de esa manera? Preguntaba La Muerte con voz agonizante y aguda - Soy el único que tiene potestad en todas las dimensiones y aquí tú sales sobrando, le decía Nicolás con mucha más ira - No sabes a quien estas desafiando con tanta seguridad, tu tambien me perteneces, le aseguraba La Muerte - No eres mas que un espectro patético que no sabe hacer bien su trabajo, los mismos seres humanos son más eficientes que tu, ya tarde te das cuenta cuando entre ellos mismos se matan día a día, respondía Nicolás - La Muerte ya no soporto las ofensas del Ángel de la Muerte, así que se lanzó volando hacia el con furia asesina y su guadaña como estandarte, pero sin mostrar su horrible rostro solo dentro de su capucha se miraba dos puntos incandescentes que simulaba su mortífera mirada; por su parte el Angel de la Muerte incrustó con toda su fuerza su enorme espada dentro de la tierra existente, de inmediato todo el panorama prendió en llamas, un fuego abrasador que ni la misma Muerte no podía soportar, toda su túnica prendió fuego y quedó al desnudo, su cadavérico cuerpo quedó al descubierto con su horrible mirada y sus colmillos muy bien afilados; Ahora la Muerte era la que no podía ver nada por la intensidad de las llamas, de entre ellas salió una enorme mano que le arrebató su guadaña y a continuación le siguió la otra empuñando la enorme espada negra que fue en dirección de su cráneo a toda velocidad, La Muerte miraba con espanto el enorme poder que tenia El Angel de la Muerte, solo pudo sentir la pesada espado destrozándole el cráneo y convirtiendo en polvo....

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