Los Patriarcas (Tercera Parte)

   

Seis meses pasaron para Scott en el nuevo hogar con su familia, suficiente para darse cuenta que jamás había hecho tanto esfuerzo y sacrificios como en esos seis meses; pero también se dio cuenta de algo muy importante, de cómo la sociedad misma cambiaba repentinamente en torno a él y su familia, cuando estaba viviendo en la casa de su padre todos lo miraban de menos, muchas veces sufriendo de rechazo, lo miraban como un bicho raro; pero desde que se fue a vivir sólo con su familia todos lo aceptaban de buen agrado, la sociedad misma se comportaba de una manera diferente, eran cordial con él y su familia, hasta los invitaban a eventos y fiestas familiares, Scott era aceptado nuevamente por la sociedad misma; él pensaba que todo era por la lucha constante de todas esas familias afrontan diariamente, como diciéndole "Bienvenido a Bordo" y no se equivocaba. Se daba cuenta también que era importante y necesario mantener una vida sociable incluyendo a toda su familia, porque no sólo recibía apoyo y aceptación, sino también amistades fundamentales para el pleno desarrollo de toda su familia dentro de la sociedad misma.
  Dieciocho años después..... Scott término de darse una ducha, llegó al espejo del baño para darse una afeitada pero antes se mira su rostro detenidamente, algunos vellos de su barba pintaba ya canas, tenía surcos en la piel de su frente, arrugas en los extremos de los párpados, su rostro en sí era recio con mirada fría, se notaba en su expresión facial que era un hombre con temperamento fuerte, los años no sólo pasaron en él como un preludio a la vejez sino también la vida dura de la cual él eligió lo había convertido en un hombre con bastante temple; pero Scott se sentía satisfecho de haber elegido ese camino, a pesar de todos los inconvenientes que tuvo que sobrellevar como padre de familia y esposo; se recordó a su esposa Rita de aquellos problemas maritales que muchas veces lo pusieron en cuerda floja su matrimonio, pero ambos supieron comprenderse y respetarse; lo mejor de todo su hijo Alex que hoy tenía dieciocho años de edad y su hija menor Brenda de quince años de edad, a pesar de todo tenían muy buenos muchachos, estudiosos y obedientes, Scott pensó que ya su vida la tenía resuelta, que así como él cada uno se sus hijos buscaría su propio camino y lo harían abuelo, a él y a su esposa Rita; pero no recordó las palabras sabías de padre, quien le dijo que cada familia es diferente a otra porque nunca habrá dos personas iguales, que sólo hay que dar lo mejor de ti y esperar que todo salga bien, según lo enseñado en el seno familiar.
  Scott tenía un vecino de a lado quien se llamaba Frank un poco mayor que él, era un padre de familia con dos hijastro varones y su esposa, Frank nunca pudo procrear hijos era estéril pero eso no lo excluía ante la sociedad de ser un padre de familia a excepción de su propia familia. Frank era un hombre bastante reservado, esquivo, dócil, de pocas palabras y casi nunca le gustaba socializar, pero a Scott sentía un poco de compasión hacia él a diferencia de los otros vecinos padres de familia; poco a poco Scott se fue ganando la confianza de Frank algo que la esposa de este lo miraba de muy mala manera, ya que se quejaba que podrían a aconsejar mal a su esposo Frank, pero Scott hacía caso omiso a todo eso; lo visitaba a su casa llevando pastel que hacía su esposa Rita o inventaba cualquier pretexto para ir hablar con él sobre trivialidades de la vida; un día lo invitó a la fiesta de los quince años de su hija, ahí estaban todas sus amistades y familiares reunidos en su casa, pasaron un par de horas y Frank no aparecía, Scott decidió ir a buscar a su vecino para que se incorporara al festejo, de todas maneras no vivía lejos sino al lado de su casa; tocó la puerta de su vecino y salió abrir la puerta el mismo Frank muy desarreglado, de lo cual Scott concluyó que su vecino no tenía pensado asistir a la fiesta - perdón Frank si soy inoportuno, pero vengo por ti para que llegues a mi casa a la fiesta de mi hija - Frank muy nervioso y con pena no sabía que responder, empezó a tartamudear una mentira, pero Scott lo conocía bastante bien - vamos Frank no me hagas esperar, puedes venir con tus hijastros y tú esposa - Frank bajó la cabeza en señal de vergüenza, Scott se imaginó algo que venía presintiendo con la familia de Frank - no te preocupes amigo, si quieres venir sólo tú no hay problema, le dijo Scott - Frank se le dibujó una sonrisa en su rostro y le dijo: deja que me cambie de ropa e iré a tu casa - nada de eso Frank aquí esperaré por ti, no vaya ser que te arrepientas - está bien Scott ya saldré sólo dame unos minutos, perdón si no te dejo entrar a mi casa pero..... no te preocupes aquí esperaré; Scott espero pacientemente en el pórtico de la casa de Frank, no tenía duda que la familia de su amigo estaba bastante deteriorada.