Los Patriarcas (Segunda Parte)

   

Scott poco a poco iba aprendiendo y se daba cuenta de su nueva realidad, que prometer y llevar a cabo lo prometido son dos cosas muy distintas, y se lleva algún tiempo más de lo esperado con muchos sacrificios para lograr ese objetivo. Scott y Rita se casaron por lo civil, aunque a ella se le notaba el embarazo no les importó las habladurías de las demás personas, de todas formas ellos se amaban y era lo único importante en sus vidas, hoy matrimonial. Su primer hijo lo llamaron Alex, nació en un hermoso día de verano; cuando Scott vio a su primer hijo sentía una mezcla de sentimientos, primero mucha alegría y orgullo al saber que él era padre de ese ser tan indefenso, que prometió cuidarlo y protegerlo hasta que Dios le diera salud y vida; pero también sentía mucho miedo e incertidumbre al no saber si sería un buen padre para su hijo, sin faltar las preocupaciones económicas ya que su salario actual sabía que no le alcanzaría para sostener a su nueva familia, así es que acudió a su padre, el patriarca de su antigua familia, el cual no le negó su ayuda, por experiencia propia sabía que todo comienzo costaba mucho, más aún cuando la vida te toma por sorpresa, así es que Scott llevó a vivir en la casa de su padre a su nueva familia.
  Los meses pasaron para las dos familias tratando de convivir bajo el mismo techo; rápidamente Scott notaba algo diferente de su nueva realidad, la misma sociedad lo discriminaba porque se mira muy mal cuando los hijos no salen de su antiguo hogar más aún cuando son mayores de edad y tienen a cargo una familia que sostener, son tildados de holgazanes, mantenidos y unos buenos para nada; cuando se trata de hombre la discriminación es mayor porque se supone que tienen la responsabilidad de mantener su nuevo hogar y no buscar quien le ayude a mantenerlos, pero la realidad de Scott en esos momentos era esa, acudir por la ayuda de sus padres no tenía otra opción por el momento, así que soportaba las habladurías de sus vecinos, conocidos y algunos amigos.
  Pasaron los meses y Scott se daba cuenta los problemas de la convivencia de ambas familias, cuando se trata de dos patriarcas mientras existiera el respeto en ambos lados la convivencia era llevadera, caso diferentes entre las mujeres ya que Rita y su suegra mantenían un disputa de quién era el puesto de la mujer del hogar; Rita tenía sus propios gustos a la hora de decorar el hogar y manera cómo cuidar a su hijo, su suegra llevando muchos años de experiencia en el hogar, trataba a Rita como una novata y de la cual tenía que hacerse las cosas como ella creía más conveniente, para su nieto e hijo, las reclamaciones de Rita a Scott no se hicieron esperar, llegando a un punto de insoportable. Rita llegó a un acuerdo con su esposo, de que sí era necesario trabajar ella para ayudar a sostener el nuevo hogar ella lo haría, del cual a Scott no le quedó de otra que aceptar la propuesta de su esposa, fue así que rentaron un apartamento para irse a vivir lejos de sus suegros.
  Un día antes de partir a su nuevo hogar el padre de Scott habló a solas con su hijo, sentados ambos patriarcas en la sala de estar le dijo: escucha hijo, te guste o no ya eres un hombre de hogar y tienes una gran responsabilidad sobre ti, se te avecina muchos sacrificios porque nada es fácil en la vida conyugal, ahora eres esposo y padre a la vez, todos damos con comienzos muy difíciles, yo los di cuando me casé con tu madre y naciste tú, con respecto a los hijos no hay un catálogo o libro que te diga como hacer un buen padre ya que cada hogar es diferente a otra, al igual que los hijos nunca será uno igual al otro, cada quien nace con sus propios defectos y virtudes, sólo queda dar lo mejor de sí mismo, inculcarle valores y principios aunque eso algunas veces no garantiza nada, pero trata de ser tú un buen ejemplo para ellos, si a pesar de todo eso un hijo toma el camino equivocado al menos tú estarás satisfecho que le distes lo mejor de ti para que fueran unas personas de bien y provecho; con respecto a las mujeres es importante el respeto y la confianza entre ambos, si en un momento el amor se acaba y llegas al punto del divorcio del cual no te deseo para ti ni para mi nuera, también no te sientas mal ni culpable ya que has dado lo mejor de ti, como te dije al principio todos tenemos nuestros propios defectos y virtudes, la clave está en dar todo lo mejor que tú puedas dar, nadie te culpará por eso, ni en ti mismo no sentirás culpa alguna; recuerda que esta es tú familia también, cuando quieras un apoyo o consejos recuerda que aquí está tú padre, porque somos padres hasta el último día de nuestra vidas. Scott como buen hijo se levantó de su asiento a dar un fuerte abrazo a su padre por su gran inmenso Amor, y le dijo: gracias por todo padre, nunca me alcanzará la vida para pagarte todo lo que haces por mí, hoy que soy padre comprendo todo eso, la manera de retribuir todo es no defraudarte, ni a ti ni a mi mismo.