Jackeline (Quinta Parte)

   

Contra todo pronósticos, Jackeline y Bartolome se hicieron novios oficial; como era de esperar Jackeline estaba rebosando de felicidad por haber encontrado a su alma gemela como ella lo llamaba, el hombre que había soñado toda su vida (Y apenas tenía dieciséis años), Jackeline estaba más que segura que era su verdadero amor no algo pasajero, ósea que jamás se terminaría y como dicen en los casamientos: hasta que la muerte los separe... Pero su madre le decía que no sólo la muerte separaba dos almas enamoradas, si no que también: el dinero, otra relación extra marital, envidia, mala vida, la pobreza y hasta los hijos. Pero Jackeline hacía oídos sordos, ellos vivían su momento; los miraban besándose apasionadamente en cualquier lugar solitario o con poca luz, ya sea en el barrio o en la escuela. Jackeline me decía que el verdadero amor jamás muere ni abandona, pero lo que no sabía ella era que estaba hablando en relación interpersonales, que algunas veces no sabes como reaccionará la otra persona cuando les toque vivir situaciones difíciles y de mucho compromisos, si en verdad tendrá la suficiente valentía y madures para enfrentar las dificultades.
  Era un viernes cuando Jackeline se desmayó en la escuela, yo me alarme mucho pensando que quizás había adquirido algún virus que la había enfermado, pero sus compañeras y las profesoras la miraban con mucho escepticismo y sus miradas de sospechas eran elocuentes; la llevaron a la enfermería pero no llamaron a ninguna ambulancia, las profesoras sólo decían que ya pronto iba a despertar, que no era motivo para alarmarse; y así fue en poco tiempo Jackeline había despertado; llamaron a su madre para que fuera a recoger a su hija y darle notificación de sus sospechas, su pobre madre sentía que el mundo se le caía a sus pies, púes bien sabía que toda responsabilidad recaería en ella; fue así que la llevó a una clínica para que le hicieran los exámenes respectivos y efectivamente la prueba de embarazo había salido positiva. Jackeline no salió de su casa el fin de semana y había cortado comunicación con sus amistades, se sentía derrotada y sin saber que hacer con su embarazo y su futuro hijo, se lamentaba diciendo: mí madre me lo decía!!! pero ahora ya no servía de mucho tantos lamentos; la madre de Jackeline fue hablar con la familia del futuro padre porque le habían desgraciado la vida de su hija, ósea Bartolome, quería que se hicieran cargo de su futuro nieto ya que sabía de antemano que Bartolome al igual que su hija Jackeline eran un par de mocosos que todavía no habían aprendido ni a limpiarse el trasero ni mucho menos criar a un hijo, pero las repuestas de los padres de Bartolome sólo fueron evasivas y nada de promesas, tan sólo le dijeron que hablaría con su hijo para que se hiciera cargo de su futuro hijo.
  La madre de Jackeline obligó a su hija a que terminara la escuela con todo y su embarazo y el suso dicho, ósea Bartolome, dejó de asistir a la escuela y su familia cambiaron de domicilio, fue allí que Jackeline se dio cuenta que había terminado el amor que tanto se profesaban.
 Las semanas pasaban y el embarazo de Jackeline era más notorio, tanto en el barrio como en la escuela la miraban como un bicho raro, yo de mí parte siempre la defendía por si alguno la quería ofender o burlarse de ella, pero con respectos a las chicas nada podía hacer y ellas eran las más crueles, la discriminaban burlándose de ella y su infortunio; pero había otras chicas que le aconsejaban que se hiciera un aborto, Jackeline pensaba mucho sobre ésa opción pero sabía muy bien que su madre jamás la perdonaría si se lo hacía.
  Jackeline me pedía consejo sobre que hacer de su embarazo, pero yo no era mujer y no podía saber que sentía ellas en ésa etapa de gestación, sumado a la irresponsabilidad de un futuro padre, lo único que le pude decir era que no hiciera algo que el día de mañana se arrepintiera por el resto de su vida; fue así que Jackeline se propuso a tener a su pequeño bebé.
  Un sábado me llamó la madre Jackeline que su hija ya había dado a luz en el hospital, no lo pensé dos veces y me encamine a ir a visitarla. Cuando vi a Jackeline en la cama del hospital con su pequeño hijo en sus brazos, la vi totalmente cambiada físicamente, no se si seria por la bata del hospital o que recién había salido de parto, pero de seguro Jackeline ya no era la misma, ya no era la adolescente que tanto defendí y protegí, ya no era esa chiquilla con sus sueños de doncellas, ya no era esa chiquilla que se creía cualquier falacia, su hijo barón la había trasformado en una verdadera mujer...