Teitsautilistli ( El Miedo)

 

 Para el pequeño Atlacatl la vida era poco afortunada, a su pequeña edad de 14 años era huérfano de padre y madre, toda su familia venían de una estirpe muy reconocida en su imperio Maya, pero desgraciadamente su padre había muerto cuando luchaba con otras tribu aledañas a su gran imperio, y su madre Hiuhtonal (Luz Preciosa), había muerto por las enfermedades del hombre blanco había traído del viejo mundo, y sin ningún pariente cercano prácticamente estaba solo; Atlacatl tenía tan solo una oportunidad de poder crecer y desarrollarse como un hombre guerrero dentro del imperio para así ya no depender de nadie, era el ritual de iniciación, que consistía el paso de niño a hombre, tenia que adentrarse a lo mas profundo de la selva con tan sólo una lanza y matar a un Jaguar, haciéndolo traer a su gente para demostrar que era ya un hombre de verdad y tener tal estatus social más todas las ventajas y compromisos que traía con ello, aunque era muy pequeño para tal empresa porque la edad reglamentaria para ese entonces era de 16 años, pero para el joven Atlacatl no le quedaba otra opción, fue así que se encaminó en el sendero como un niño para salir como un verdadero hombre...
 Ayauhtli ( la niebla), era el responsable para hacer la ceremonia y llamar a todos los espíritus guerreros, para que guiara al joven, dándole valor y fuerza para tal travesía, y así no muera en el intento; Atlacatl lo ungieron y pintándole todo su cuerpo de niño, listo para la guerra, le dieron su única lanza y le desearon la mejor de la suerte.... Atlacatl se abrió paso corriendo hacia la selva, dentro de unos momento se detuvo cansado un poco inclinado su pequeño cuerpo y se paró erigido, y sintió como si la selva se lo había tragado, sintió un poco de miedo pero continuó, no tenia otra opción; la búsqueda del Jaguar no era tarea fácil, pero la había explicado como seguir sus rastros y lugar donde él tenía su hábitat, fueron dos días de camino tortuoso, comiendo y bebiendo de la misma selva; el Jaguar su instinto de supervivencia le indicaba que alguien venía por él, se preparó y pudo localizar a un pequeño cazador, le dio continuidad por algunas horas sin ser visto y lo esperó astutamente en un sendero estrecho, como todo felino astuto agazapado esperando el momento oportuno, porque el éxito dependía del factor sorpresa. Atlacatl estaba más cansado y con mucha sed, vio un pequeño arroyo después de un sendero estrecho y sin dudarlo fue directamente para allá, estaba más concentrado por la sed que por la caza, cuando iba terminar de salir del sendero escuchó un rugido en lo alto del sendero, miró hacia arriba y no podía creer lo que miraba sus pequeños ojos, en esos momentos se dio cuenta que ya no era el cazador, sino la presa... vio al Jaguar abalanzarse sobre él, fue una lucha a muerte, Atlacatl lo tomaron por sorpresa no tuvo tiempo de dirigir su lanza sobre el gran felino, en la refriega se le quebró la lanza y solo pudo tomar una parte de ella, para su suerte era donde estaba la punta afilada, la utilizó como una daga, un combate de cuerpo a cuerpo, con lo que le quedaba de fuerza pudo asestar una puñalada en el pecho del Jaguar, el felino dio un fuerte rugido de muerte y cayó sobre el suelo, pero Atlacatl había sido herido mortalmente también por el felino, Atlacatl se desplomó también y cayó en un sueño profundo, en su sueño vio varios mundos alineados y el sol que iluminaba a todos los mundos, el sol se iluminó cada vez más y pudo ver una silueta femenina, era su madre Hiuhtonal, le empezó hablar en su sueño a explicarle el concepto de los miedos, luego lo ungió con sus manos de ángel y Atlacatl fue sanado por sus heridas.
 Atlacatl despertó al día siguiente y vio que sus heridas ya solo eran cicatrices, pudo ver al Jaguar muerto y rápidamente emprendió el regreso a casa, improvisando un artefacto para llevar el cuerpo del felino.... Ya de regreso con su pueblo, todos estaban para recibirlo según la ceremonia, Atlacatl llegó con el Jaguar muerto entregándolo a Ayauhtli, le dijo: Has demostrado tu valor por el cual serás recompensado como un hombre guerrero, pero dime Atlacatl, como has vencido el miedo, en esa selva que es tan cruel y a nadie perdona? Atlacatl le contestó: El miedo todos nosotros lo traemos cuando nacemos, es un instinto natural que nos advierte de un peligro inminente, para nosotros tomar acción y ser más precavidos, pero erróneamente muchos de nuestros parientes desde pequeños nos inculcan miedos irracionales con el fin de tenernos en resguardo o simplemente no molestemos mas, con eso crecemos haciéndonos grave daño en la edad adulta y el peor de los casos se convierten en tabú, el miedo son diferentes mundos en cada persona, por ejemplo: miedo a las cosas nuevas, miedo al fracaso, miedo al rechazo, miedo al amor, miedo a lo desconocido, miedo al éxito, miedo al que dirán, etc. Pero lo más peligroso es cuando de esos miedos las personas sin escrúpulos los utilizan para manipularlos y someterlos a su antojo, haciéndolos esclavos por siempre, solo utilizan algo de terror para que se de todo como quieren. Recuerde que los miedos conlleva a la cobardía, eso siempre es así, y es cuando las personas dejan de crecer como seres humanos, es importante superar todos los miedos para ser libres de verdad, sin barreras ni tabú, tomen el ejemplo del Sol, el ilumina en esa inmensa oscuridad del universo, sin miedos a las tinieblas, porque él a vencido todos los miedos.......
NOTA; Atlacatl fue un místico guerrero Maya durante la invasión en Mesoamérica, algunos dudan de su existencia, pero lo cierto es que hay en la actualidad muchos lugares en honor a su nombre, por ejemplo: una batallón de las fuerzas especiales del ejército lleva su nombre, barrios residenciales también llevan su nombre, carreteras, escuelas, restaurantes, negocios varios, etc. También hay una estatua con su imagen, lógicamente llevando su nombre; pero recuerden que muchas veces la ficción supera la realidad.......