Esta tarde llueve como nunca, y yo sentado en el pórtico, mi vista perdida en la lluvia y el sonido de las gotas se pierden en mi pensamientos. Recordando mi vida en lo que es y fué; mirando las cavernas crueles de mi ingratitud, mi bloque de hielo sobre las amistades, y mi alma en el fondo de mí, que se queja: No seas así.
Mis violentos corajes sobre un techo glacial, pronto el silencio y el arrepentimiento; y pongo en silencio mi dignidad, ¡Oh, Hades! Que mame al punto final.
Esta tarde como nunca, con un corazón abierto, viéndome tan triste, con un hondo dolor.
Esta tarde llueve, llueve mucho y no tengo ganas de vivir ¡Hay, corazón!
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