El Purgatorio (Capítulo 3)

  Cuando Emilio terminó de salír de esa espesa niebla por el camino de madera, adelante de él estaba un hermoso prado con un espléndido sol veraniego, el clima bastante cálido que hizo que Emilio se quitara su chaqueta, para su sorpresa no era la chaqueta del uniforme de policía; se le abrieron grandes sus ojos de admiración cuando se miró toda su vestimenta, ya no tenía el uniforme de policía, ahora estaba vestido de civil; no recordaba en que momento había pasado todo eso, miró hacia atrás para regresar por donde vino, pero también se llevó otra sorpresa, ya no existía tal camino, todo era un verde prado; en esos momentos Emilio pensó que quizás sólo era un sueño lo que estaba viviendo, o tal vez cuando cayó por la hondonada quizás se golpeó la cabeza y hoy su mente le estaba jugando una mala pasada. Pero estaba absorto de todo eso que estaba viviendo ahora, luego se percató que allí no había animal alguno ni insectos, a lo lejos pudo divisar lo que quizás era un pueblo rural, se dió a la tarea de ir a investigar; caminando iba por los verdes prados sintiendo más ligero su caminar a pesar que el aire estaba cargado de humedad, a cierta distancia sintió sed, buscaba por algún lado un poco de agua y no muy lejos de allí divisó un riachuelo dirigiéndose a el con algo de prisa; el agua era muy cristalina y fresca, no dudó en agacharse para beber un poco de ese vital líquido; después de saciarse tomó con la palma de su mano derecha un poco más de agua, llevándose a cuello, lo repetía una y otra vez, como tratan de mitigar el cansancio, en ese afán estaba cuando escuchó una dulce melodía de un instrumento musical de viento, levantó su cabeza para mirar de donde provenía esa hermosa melodía, pero su sorpresa fue tal que cayó sentado sobre el prado con sus dos manos apoyadas hacia atrás, de inmediato buscó sus armas reglamentarias pero se llevó otra sorpresa, no tenía ninguna arma ni su radio comunicador; en esos momentos Emilio deseaba que ese ser diabólico no se hubiera percatado de su presencia, pero no fue así, él lo estaba observando detenidamente sin dejar de tocar su melodía, era un hombre carnero con mirada intimidante; dejó de tocar su melodía y fue en dirección de Emilio, sus pasos se miraba torpes por sus patas de carnero y pezuñas, pero a la vez eran firmes, dejando sus huellas

inconfundibles sobre el césped; cuando estaba enfrente de Emilio se enderezó lo más que pudo, diciendo: vaya, vaya, un humano real!! Tenía tiempo de no ver un humano en este mundo, pero que te trae por este inexplicable mundo? Acaso andas en busca de un alma perdida en especial para tí? O Sólo vienes a husmear, por pura curiosidad? Lo decía con una sonrisa poco confiable - Emilio quería salir de allí huyendo, pero sentía que no tenía las fuerzas ni el valor suficiente a causa del miedo; vengó en paz, me he perdido y no se como regresar al lugar donde pertenezco, decía Emilio tartamudeando por el miedo, su expresión lo decía todo - Cual es tú nombre? Preguntó el hombre carnero con su inigualable sonrisa - Emilio, respondió sin dar mayores detalles - no te preocupes Emilio, eres un buen humano, si fuera todo lo contrario ya te hubiera hecho daño - Como sabes eso? Preguntó Emilio sorprendido - El hombre carnero sonrió mostrándole con orgullo los dos cuernos arriba de su cabeza; para el ser humano todo es de perspectiva, por eso sus vidas tienen muchos caminos, que muchas veces se confunden o los hacen confundir - Emilio estaba más confundido que antes por las clases de respuestas que le daba el hombre carnero; tomó valor al ver que el hombre carnero no mostraba señal de quererle hacer daño alguno, levantándose le preguntó: Es aquí el infierno? Lo pregunto por las almas perdidas, dijo Emilio para no ofender a ese ser mitológico - cuando hablo de almas perdidas no me refiero a eso, digamos... almas extraviadas, corrigió el hombre carnero - pero por que están extraviadas? Preguntó Emilio con extrañeza - Son presa de sus antiguas mentes humanas, respondió el hombre carnero; mira allí viene una ​alma guerrera, te mostraré con un ejemplo lo que te he dicho; a lo lejos venía el espíritu de un guerrero, con su enorme espada, buscaba su reino o lo que quedaba de el; el hombre carnero se le acercó con rapidez, el espíritu guerrero lo vió venir, se preparó con su espada para luchar con ese demonio; ante la mirada de Emilio cambio drásticamente todo el panorama, Emilio se quedó absorto al ver al hombre carnero convertido en un Minotauro con una horrible Acha en sus manos, por lo alto venía al ataque el espíritu guerrero a defender el castillo de su rey...