El Monólogo De Un Payaso

  Ser un actor de la comedia no es nada fácil, hay que tener vocación, aunque para ser sincero muchos colegas de esta digna y divertida profesión no tienen esa cualidad; todos los artilugios y atuendos que es sometido un payaso, es debido a la necesidad de un trabajo digno, aunque de remuneración hablamos, los payasos sufrimos diariamente de un salario para vivir dignamente; nuestro mejor paga son las bellas risas de los niños y niñas; por eso aquellos que soñaron con mejores oportunidades y carecen de esta bella vocación, rápidamente se desilusionan cuando viven en carne propia la profesión de payaso.

  Pero la vida es irónica, por eso estoy de acuerdo con aquellos que tienen esa hermosa frase "Lo Irónico de la Vida" porque aunque no seas un humorista de profesión, en más de una ocasión en tu vida terminas haciendo el ridiculo, osea de payaso; porque un payaso es ridiculizarse, una manera inteligente de usar el sarcasmo; pero cuando no eres un payaso, sucede todo lo contrario. Cuando no estoy en mí trabajo como payaso, me visto de civil, camino por las calles y me gusta observar con detalles a las personas; es curioso que aquellas personas que cuidan muy bien su reputación ante la sociedad y tienen mucho miedo de hacer el ridículo, son las que mejor dan el espectáculo a plena luz del día, cuando les llega su momento; lo mejor que todo lo hacen improvisado y al instante, algo que nosotros los payasos no podemos darnos ese lujo, ya que son muchas horas de ensayos hasta que todo salga a la perfección; pero esas personas que guardan su reputación como un tesoro invaluable, sus espectáculos improvisados nos deja a nosotros los payasos absortos, con la boca y los ojos bien abiertos, sin creer lo que vemos, y tristes porque nos han robado nuestro Show. Pero todo se resume a carcajadas y una bella sonrisa, esa bella fantasía de la tierra de nunca jamás, donde siempre se es niño y vuela tu imaginación, donde esa tierra que siempre eres bien recibido y donde nunca deberíamos salir.