El Teorema (Capitulo 9)

  Tennessee 1,870... Flavio sintió como un fuerte golpe en su mente, como si hubiera recuperado la memoria de un gran letargo; cerraba y abría sus ojos con rapidez, sentía mucho calor y sudaba todo su rostro, miraba por dos orificios que le permitía ver hacia el exterior, adentro todo era oscuridad y confusión; sentía pesado y caliente su mano izquierda, miró entre los dos orificios en dirección de su mano y era una antorcha, iba montado sobre un caballo con vestimenta blanca, alrededor y enfrente de él iban más hombres a caballo con vestimenta blanca y encapuchados del mismo color, miró con mucho miedo y se dió cuenta que iba en una caravana nocturna; todos se detuvieron con sus caballos en una llanura desolada, fría y oscura, se bajaron dos hombres encapuchados de sus caballo con antorchas en mano y fueron en dirección a una cruz que había sido enterrada con anterioridad, le pusieron las antorchas a la cruz y rápidamente tomó las llamas que subía hasta el cielo nocturno; cuando Flavio vió la cruz encendida por el fuego se quitó la capucha de su cabeza, su respiración era frenética así como su corazón, un hombre que estaba a la par de Flavio, lo miró con ira, de su túnica blanca se sacó un revólver Colt y se lo dió a Flavio, él tomó el revólver con mucho temor, el hombre encapuchado habló con voz firme y desafiante: ahora es el día de tu iniciación, mata a esos dos bastardos; se lo dijo señalando a un costado de la cruz dónde se encontraban dos hombres afroamericanos, muy golpeados, sentado sobre el suelo y sujeto sus brazos hacia atrás; la mente de Flavio iba a toda velocidad, no sabía que estaba haciendo allí con esos hombres endiablados, trataba de recordar como los había conocido, pero todo era lagunas mentales, ya que con capuchas no podía identificar a nadie de ellos; el hombre de la capucha lo observaba con mucha atención, miraba la expresión de Flavio con mucha incertidumbre, miedo e indecisión; el hombre sacó otro revólver de su túnica blanca y lo apuntó a la cabeza de Flavio, diciendo: ya es muy tarde para arrepentirse, ya no puedes salir de este organización con vida, o los matas o te mató, tú eliges... Flavio recordaba que todo había sido un juego de odio, que una cosa lo había llevado a otra, sabía en esos instantes que esos hombres no estaban bromeando; Flavio alzó su arma en dirección de los dos hombres afroamericanos que abrían sus ojos con incertidumbre, sólo esperando los disparos .. Flavio tuvo otro "dejavu" miraba como el espíritu azotaba a su pequeño hijo en la habitación sin piedad, en su mente estaba seguro que ese mal espíritu era el hombre encapuchado, su rostro cambió de semblante rápidamente, a odio y venganza; con mucha rapidez cambio de dirección su revólver donde estaba el hombre encapuchado y sin mediar palabra le disparó a quemarropa, matándolo en el acto; los otros hombres allí presentes con nerviosismo sacaron sus armas de fuego en dirección de Flavio para dispararle; Flavio en el refuego mató a otros dos hombres encapuchados mas, pero eran demasiados para él sólo, sentía como los disparos entraban en su cuerpo como hierro incandescente y sintió un impacto detrás de su cabeza, sus oídos zumbaron espeluznantemente; Flavio con todas sus fuerzas quería aferrarse de su vida, pero ya no pudo más, se desplomó sobre el suelo.