El Lado Sur del Cielo (Segunda Parte)

 

 Los días pasaron con normalidad después de la muerte de Ramiro, su hijo Nicolás había heredado el oficio de Sepulturero que su padre había dejado vacante después de su muerte; aunque Nicolás no pensaba tomar ese oficio ya que como era normal entre los jóvenes de querer decidir su propio futuro y anhelos, pero su suerte había cambiado en un abrir y cerrar de ojos; con el último miembro de su familia muerto y a sus veinte y dos años de edad, Nicolás no tenía más opciones, estaba desamparado en un mundo que lo discriminaba y señalaba como un bicho raro constantemente, su única seguridad era el cementerio donde su padre lo había criado; era un lugar muy seguro ya que ninguna persona se atrevían a meterse al campo santo para hacer sus fechorías, el tabú era muy buen repelente para mantenerlos a raya del cementerio, aunque tarde o temprano allí iría a parar sin pena ni gloria, serían la nueva compañía de Nicolás tal y cual era natural para él. 
 Cuando Nicolás se sentía frustrado y sólo por su desdicha lloraba a su padre con amargura; una noche dentro de su precaria vivienda en el cementerio como era casi ya una costumbre para él, estaba llorando a su padre a luz de una vela, su única compañía, en ese momento entró una suave brisa muy helado en una de las ventas que tenía abierta que apagó su vela, Nicolás buscaba la caja de cerillos que había dejado a un lado de la mesa donde él estaba sentado, la encontró y sacó uno de los cerillos, lo encendió rápidamente pero al fondo de la única habitación vio una figura traslúcida que emitía su propia aura, Nicolás casi se fue de espalda cuando vio ese espíritu, pero Nicolás tomó valor y le preguntó: Quien eres? - Soy yo hijo, tú padre Ramiro, ya no me reconoces? Nicolás se tiró al piso de rodillas llorando como un niño - Padre me hacés mucha falta, Por que te fuiste de mi lado? - Mi ciclo de mi vida terrenal a terminado hijo mío, yo te hablé acerca de eso muchas veces, pero no temáis vendré por ti cuando tú ciclo de vida termine para estar junto contigo nuevamente y con tú mamá también, ya nada nos separará, pero no llores más por mí, porque me hacés regresar de mí camino emprendido donde se encuentra tú madre - Perdón padre no quería interrumpir tu santa paz, pero te prometo que desde hoy seré un hombre fuerte y siempre te recordaré con cariño, le decía Nicolás con resignación - Se fuerte hijo mío y ten fe de ti mismo, nos veremos cuando tu ciclo termine, le dijo su padre antes de desaparecer con la misma briza con la cual había llegado a visitar a su hijo querido.
  Ahora más que nunca Nicolás estaba resignado que estaba sólo en esta vida, que no contaba con nadie tan sólo a sí mismo; pero lo que no sabía Nicolás era que cuando el espíritu de su padre se le presentó y habló con él, su padre sin saberlo había abierto una comunicación entre esos mundos paralelos, un portal entre los mundos de los muertos con el mundo de los vivos, haciendo de su hijo el emisario de los espíritus no encarnados, un extraño don que Nicolás poseía sin saberlo por el momento y que le cambiaría su vida para siempre.
  Una tarde gris antes que el sol se ocultara por el horizonte, Nicolás recordó que unos familiares que tenían un difunto enterrado ahí en el cementerio, le había pagado en efectivo para que mantuviera limpia la tumba y lápida de su ser querido durante un mes que ellos estarían de viaje, así es que se dispuso ir por su linterna de mano, salió de su vivienda y emprendió el viaje dentro del cementerio donde estaba esa tumba en mención, sabía que dentro de pocos minutos se haría noche pero eso no le importaba a Nicolás, ya que se crió en ese lugar que para él era un lugar del eterno descanso y no le tenía miedo de los cientos de mitos que contaba las personas supersticiosas.
 Nicolás iba por el camino polvoriento del cementerio con linterna en mano, sentía en él algo muy extraño en el tiempo en que el caminaba miraba y sentía todo en cámara lenta, podía escuchar su respiración y el palpitar de su corazón, algo así como una caja hermética, miraba al horizonte se daba cuenta que el sol se había ocultado, encendió su linterna y cuando estaba a unos pocos metros en llegar a la tumba su linterna se apagaba y encendía sin que Nicolás la manipulara como un luz intermitente, Nicolás hizo un alto para golpear su linterna, sabia que tenia baterías nuevas, pero tal vez se habían movido dentro del artefacto así es que la golpeó sobre una de sus piernas repetidamente, en esos momentos sintió la presencia de alguien y puso su mirada en dirección de la tumba que tenía que limpiar y para sorpresa de él, vio un espíritu que su aura destellaba una luz tenue intermitente así como su linterna, en esa combinación de encendido y apagado miraba que ese espíritu se desfiguraba y luego volvía a su apariencia normal, una figura dantesca.....