El Lado Sur del Cielo (Primera Parte)

 

                    

  Nicolás estaba enterrando a su última miembro de su pequeña familia en un día gris de otoño, que se resumía a su madre y padre, como una familia peculiar para toda la sociedad por vivir en un cementerio público, carecían de amigos o amigas y hasta su familiares más cercanos los rechazaron cuando se enteraron de tal inexplicable residencia; Nicolas le daba los últimos palazos de tierra a la tumba de su padre con lágrimas en sus ojos, tan solo de testigo un frío que calaba hasta los huesos y sus pensamientos que divagaban: Así pasa la vida, que raro espejismo, así es como se termina la lucha del bien y el mal, de lo razonable y lo irracional; ves el Sol apagar su luz, todas aquellas aventuras y renacer, desaparece el camino. Miro la Luna desgarrando su velo des las tinieblas y el brillar de aquellas luces astrales pintan un extraña ilusión en esta soledad, así levanto sobre el cielo astral, funeral de tristeza.

 ¡Oh, Dios! ¿Por que nos disteis está vida tan llena de miseria y tristeza? Ahora conozco la soledad de esta tierra y el olvido del cielo; y nuestros anhelos sólo es un fantasma que se refleja en la mente para después estremecer el espíritu. Cuando mi padre decidió residir entre los muertos, yo fui su único súbdito que le daba su locura, me hizo el honor de llevar  la marca negra en mi frente del rechazo social; me abandonó antes que me lavara mi rostro ante su presencia, pero he decidido descubrirme a mí mismo, lavándome el rostro y mirándome con mis ojos sobre el reflejo del agua.

 ¡Oh, Padre mío! Perdóname si soy tan atrevido, ahora que estoy tan distante de ti, y de mis lagrimas que hoy son raudales de ríos. 

 ¡Oh, Padre! ¿ Es cierto que desde el cielo se mira todo lo qué pasa en este mundo de infortunio? ¡Oh, Padre de mí amor! Mira mi duelo y hazme merecedor de llevar tú linaje.