El Lado Sur del Cielo ( Cuarta Parte)

 A la semana siguiente los familiares del difunto Daniel llegaron al cementerio y pasaron a saludar a Nicolás en su humilde hogar, le dieron las gracias por haber hecho bien el trabajo recomendado; Nicolás con todo el respeto que se merecía aquellos dolientes les ofrecía su mejor sonrisa y les daba ánimos para que siguieran adelante con sus vidas a pesar que uno de los suyos ya no estuviera con ellos, no les dijo nada que había hablado con el espíritu de Daniel y lo que había pasado con el espíritu de él, pues temía que lo fueran a tratar como un loco y no era oportuno hablar mal de uno de sus familiares, así quedó con ese secreto muy bien guardado en su corazón, pero uno de los familiares le confesó algo muy importante: Sabes Nicolás que mí tío era una persona adinerada pero era avaro, algo que a nosotros nunca nos importo ya que en nuestra familia siempre nos inculcaron que cada uno de nosotros nos teníamos que esforzar por nuestros propios medios y no ser como sanguijuelas, esperando la fortuna de otros para enriquecernos; pero a parte de todo eso, su última voluntad fue que lo enterraran con toda su fortuna, no quería compartir su fortuna con nadie, así es que hay otra caja mortuoria debajo de la de él, tu padre que Dios lo tenga en su santa gloria, fue que enterró esa caja mortuoria simulando otro familiar fallecido; te confieso todo esto porque muchas personas conocidas y aprovechadas tienen sospecha que su fortuna esta enterrada con él, siempre confié de tu padre Nicolás y hoy confío en ti porque sé que tienen palabras de honor de lo cual los hacen personas invaluables, si miras personas sospechosas acercándose sobre la tumba de mi tío hazmelo saber por favor Nicolás, es muy importante para nosotros - Nicolás sin dudar empeñó su palabra así como lo hizo su padre en su debido tiempo, le respondió: así será señores.
  La difusión entre los espíritus en pena sobre una persona que vivía en otro plano existencial no se hizo esperar, aunque todos esos espíritus o almas en pena no estaban conscientes de su nueva naturaleza espiritual ya que se aferraba a su vida pasada carnal, para ellos Nicolás era como una especie de un ser sobrenatural que ciertamente vivía en otra dimensión y del cual era motivo suficiente para todas aquellas almas más atrevidas fueran en busca de Nicolás, buscaban en él una respuesta o ayuda definitiva para saber a ciencia cierta que les había ocurrido para llegar a esas circunstancias; pero de todas ellas allí en ese cementerio sólo había un espíritu que estaba consciente de su condición actual, y para sorpresa de Nicolás era un Obispo......

  Nicolás había salido del cementerio a comprar comestibles, eran las cinco de la tarde cuando entró al cementerio un día bastante soleado y con mucho calor; de la entrada del cementerio tenía que caminar unos quince minutos para llegar a su vivienda, pero en el trayecto entre medio de los frondosos árboles Nicolás observaba que el cielo se iba cerrando rápidamente con ráfagas de viento muy fuertes que hacía desistir involuntariamente en su trayecto, se tapaba los ojos con su mano derecha para evitar que le entrara polvo en sus ojos, motivo de la gran tempestad que se avecinaba, abría un poco sus dedos de la mano que cubría sus ojos y pudo notar que todo ya estaba oscuro, pero se detuvo en seco cuando a mitad del camino vio una figura fantasmal, Nicolás sintió miedo al ver a ese espíritu deformado, era un clérigo con un rebaño sobre sus pies y en el fondo una iglesia, llevaba un báculo su vestimenta pareciera que era un líder religioso, Nicolás trató de esquivarlo tomando otro camino pero cuando lo hizo ya tenía al espíritu enfrente de él, Nicolás tomó valor y le preguntó: Que quieres de mí? El espíritu movió su báculo mostrándolo a su rebaño, estos se hicieron para atrás a una distancia prudente, Nicolás intuyo que el espíritu no quería que su rebaño escuchara nada de lo que iba hablar con él - Soy el Obispo, no tengas miedo de mí, le dijo el alma en pena - no le tengo miedo, respondía Nicolás con determinación - Si que lo tienes, sino fuera así no me hubieras esquivado, le dijo el Obispo - Que quieres? Preguntaba nuevamente Nicolás - Donde esta Dios? Respondía el Obispo con otra pregunta - Con todo respeto que usted se merece Sr. Obispo, pero a mí me lo pregunta? Acaso no es usted quien tendría que saberlo? Preguntaba Nicolás. El espíritu del Obispo se puso triste, se le notaba incertidumbre en lo que un día fue seguridad y dotado de Fe.